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F_,XPLOR ACION E IN CIDEK'l'E J_:>E:.::_¡; _V_I_:A_:J_E______

Algunos autorps han tratado de di\·idit· estas numerosns

tribus en Chinchas de la Cos1¡a y Qner.hual', Huancas y Ai–

maras del Interior. D Orbigny, el mPjot· de Pl'tos autores.

·divide la población indíg-ena. de lo que fu(>

t-1

Imperio Incai–

co, en Quechuas

y

Aimaras; de lns c¡ue lo:-; primeros ocupa·

ban el territol'io comprendido entt·e

E:-!

río Andasmayo al

norte de Q.uito y el río Maule en Chile, y los

s~>gundo,.;

una

sección transversal que incluyendo la hnya del lago Tit.ica–

.ca llegaba hasta la Costa, separando a:o;í en

el

os el territorio

·de los Quechuas. Pet·o ann cuando hace la citada divisiím,

·nos dice que los Quechuas y Aimaras, · considerados sus

caracteres físicos y morales", pertenecen

a

una misma fami–

lia

y

que sus respectivas lenguas no son siuo c)ialectos de

un idioma común.

No estoy preparado para ad111itir la exactitucl de tales

generalizaciones, aun cuando reconozco htK gmndes difet·en–

cias que ciertamente existían entre ellos

{1).

Estas (Jiferen–

cias son tan grandes, que no pueden referirse únicamente a

la inflnenci del clima y otras condicil,.mes físicas; pueden

fllUY

bien remon a rs:e a diferencias de

~·aza.

Los Qner.huas

y Aimaras en n po r oierto, indios, y ambos indios de Sud

Am~rica,

distintos <!l e los aborígenes de la. Amt-ri ca del

N

or–

te. PerCD diferían

~nüe

enos tanto como

)QR

Franceses

y

Alemane!'i;

y.

.:ambos diferían granden)ente de los actuales

indígenas dÉ-gene,rados de 111.

C~sít.a.

Exi.,.;tíar, ciertamente,

.alguna mezcla entre las varias razas y familias y cierto pre–

dominio del r¡uechua que era la lengua de los Incas; pero

esto no es bastante para conformarse con los relatos que

tenemos dP los persistentes esfuerzos de los Incas, para a!,i–

milar todos los pueblos que caían bajo su dominaci6n. Po–

demos comprender cómo las varias leyendas históricas re·

sultanron contradictorias

y

aparentemente irreconciliables,

si reconocemos el peso total de todas las condiciones que

hemos indicado

y

presuponemos que la.s diferentes porciones

que posteriormente constituyeron el Imperio Incaico, ha–

bían

alcanza.do

independientemente cierto grado de desarro–

llo que con el trans.::urso del tiempo , reaccionó sobre las de–

r:nás.

Snponga.mo

~.

por ejemplo, que una familia o tribu ,

establecida. en el bolsón del Cuzco, consiguió un poder pre–

ponderante al mando de jefes locales, y que finalmente re–

ba~ó

sus antiguas estrechas fronktas, sometió otras tri–

bus a su gobierno

y

asumió la hegemonía sobre ellas. Evi-

(1) Ya se ha visto que el!autor no es precipitado, ni mucho menos

dogmático en sus juicios.-N. del T.