l!:N f.A 'T'rE!t R /, D lb LOS JNCAS
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dantemente, en estP. ca s o. doR gTupos de tradicio.nes habrían
surg·ido PIJ una pobln <'iún n:-í
c o n~tituída.,
y
e~
t.astradicio~
nes se hal.JríHr1 lo<·nli ú Hlo Pll dos clistintaf.l· P¡_;ocas. Aqne–
jlas, con el tiempo, tPn<lPrínn mLturaliJJPnte a confunJi1·se.
porqne la
l'fll<l
prt> donJinante procumrín atribnin;e los
grnnrle~
hechos dP las c!Pmás,
y¡:¡
la lnrg-a sería difícil decir
dónde conc!
JJ.yólu. historia de un pnf'hlo
.v
comenzó la de
utro. Dt:> Psta lllanern poclPnJos
~>xpliear,
siquiera en parte
las
contradiceiun e~
en la histilria Jpg·endaria del Peró
y
las
diferencias acp¡·ca. de la suf' esión dP -los Incas según lRs re–
luciones de Garcilaso
d ~
la Vega
y
~lonte sinos,
el primero
de los cnaiPs enumera catoJ'CP :-tdtPrnnos lnca.s, cuya dinas–
tía eomPnz6 el si¡rlo on cP; en t a n ro qne PI 'st'g:undo mencio–
na ciPnto
~- un ~Pñores
qtJ P cii1Pro n PI
/Jauto
irnpedal. cuyo
¡·einado se ¡·emontn.
c1
q uiJti Pn tos fl iiu s del Dilivit>. gn ot.ras
palabra~,
parece eddt•ttte c¡n e la
lti s t ~tri a
legPnduria de lof.l
varios princil_mdor-- , s i :t<; Í pml prnos llamar a los que consti–
tuyeron el Inq1 río inl' nkn, es
mtA
C!lsa.
y
la del Imperio
mismo, otra mny dift> I'PlltP. La. primen'J. es
HlU.Y
a.utig·ua y
se remonta. en
1
Ja sa ¡,, ta nto,
prob~1
bl mente,, como la de
otro pn!'blo cnalq
1
ieu1
t
1
g·lo bo.J m ien tiras que la segu uda
es compa.rn.t.i \·ame n t e mo em a.
Quizás las tra.c icio (:'KdP los Incas fueron conservadas
con tanto ce lo e -
w
las le
ot.rannr·ilín cnalquieta que de–
pendiesP
excln ~i\' HmPnt e
d e lm; mPdios omles de perpetua-··
ci6n. Bstaba.n confiad ns al cuidado dP los
ama.uttas
osa–
bios que las en ..;eñn ban Pn
la~
esf!uelas ele Quito. Probfl ble–
.nwnte son correctRs
Pn
lo substancia l en cuanto se refieren
a la historia compnn1ti\·a mente mod erna de los In cas
y
su
imper·io
p~:opinmente
diel1o: In. 1-'ucesión de los reyes
y
su:,;
conquis.t;Ls. Pero no Ps
~Pg:nro
ele ninguna, manenL que
(~ lln s
fneran relatadas con tidPlidad a los croni:,;tas españoles,.a
través dP quienes han IIPg<Hin n no:,;otros, o que estos CJ'Ü–
nistas se hnbier·an esmer<Jclo en eonsig-nar· lo s hechos tu les
como les fueron tninsmitidos. No hay mmiera , por Pjempl(i,
qe saber con f'eJ·tidumbre que Gnrcilm·P, quien es nuestr·a
.p1·incival aÍltoridud, ha,ya t eniClo i>UI'll<lK fupn tes de la
pun~za el e los
relato~
que nos ha dado ; porquP debe tenerse pre–
¡;~nte
que los
quipos,
o cordtlll Ps anuclaClos, que e rl'l n eJJI–
plea dos para rrg;iF-:tJ·ar los cl a toF-:, et·an un ÍIIYPflto tllny elP-
· lllelltnl
e
inadecnf.ldo p:na
p~rpe tuar
fpc ha s y
número~" .
Eran , n lo
SllliJO,
recnrs,os Jl f' HJOtPcnie,o f' , u
nxiliar~s
de
la
memoria , eompambiPs al .a!J.nanaq·ne de ·Ji,u e..;cQ.s· de
RoL,in
~ ;,m C~u.soe
o a . In cu enta. en i•nlotPs (l e nn mozo
d P_e~ rn· r íil
analfabE-to.
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nn signitkn.rlo numer1co (_ u