Table of Contents Table of Contents
Previous Page  105 / 168 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 105 / 168 Next Page
Page Background

- 101 ..-

No he de remarcar mi investigación sobre

1&

traza perdurable que dió

·E~paña

en el alma vir–

gen de los pueblos conquistados. Cierto es que el

indio pasaba de la esclavitud incásica a la tira–

nía del español. Pero, :violentando la exaltación

de algunos america.nistas, debemos convenir en que

el r égimen colonial fué el resultado de la época

y

de las exigencias de la conquista. ¡No fué más

suave el señorío de los Viracochas del Imperio del

Sol! No fué menos pesado el yugo que levantó las

piedras de las ciudades y cinceló la plata de los

palacios y templos precolombianos. Los conquista–

dores impusieron su religión, su ley, sus costum–

bres, su indumentaria, su espíritu, en fin. Y algo

de esto debieron aprender los indlios, cuando hasta

la caballerosidad castellap.a, tuvo un remedo en

el saludo sac.ramenta1 de los quechuas :

- Ni ladrón, · perezoso, ni embustero.

'

-Seas tú lo m'smo (') .

·Contra tal! importación civilizadora se (!reó el

tributo excesivo, la prestación personal, la -enco–

mienda. Pero esto no da pie para suponer que su

acción fuera nefasta para los naturales como tra–

tan de demostrarlo impresionables cronistas. Y sin

ahondar el asunto, hemos de exhumar en nuestro

apoyo, uno solo de los capítulos de la legislación

indiana sobre el comunarismo de los indios : ''La

venta, beneficio

y

composición de tierras, se haga

con tal atención que a los indios se les dejen con

(1) En quechua:

-Arca súa, ama qhella,

am~t

lhulla.

-Ckampis Jinallalaj.