![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0241.jpg)
del animal como un felino.
Luego descargó la pistola.
nantes del juguete ele acero
tt>s.
Fueron tres disparos.
PLATA
Y
BRO~CE
le cruzó la cara a foetazos.
Los gruñidos secos, rechi–
alejaron a los más ':ehemen-
El cura se escondió.
Le asustaba su obra inverecun-
da
y
sanguinaria.
"Cna arruga partía su frente cleprüni–
da.
Llovieron otra
Ye~
proyectile .
de ellos y perseguía a los d.agras
zuela.
Hugo no se cuidaba
que corrían pór la pla-
En es·e
instante
llegó Raúl.
_ 1 escape atravesó la
plaza
y
se puso junto a Hugo. La ,carabina en una mano
y el látigo en la otra.
La cara convulsa y el entrecejo
fruncido.
Los del pueblo que le conocían, le querían y le respe–
taban, se detuvieron .
En la hacienda de Raúl encontraron muchas veces
trabajo y _protección. Más que eso. Eran tribubarios
del hacendado porque por
~'Rosaleda"
pasaba la acequia
que surtía de agua al pueblo.
Hugo tenía !a ropa rasgada en varias partes. Mu–
chos proyectiles dieron en el blanco pero él no lo
intió.
La ira aún dominaba en su rostro de perfil noble
y
her-
111050.
* * *
A visaron al cura que el patrón Ra-ól se }tmtó al extra–
ño adalid de la mae tra. Dió órdenc
de que ce_ara el
n1otín.
Canes hidrófobo . con el rabo entre ·las piernas,
235