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PLATA Y BRONCE
X::IV
--¿Qué pasará con niños-se acercó a preguntar el
V enancio al Gregario.
-No
se. Llamarís al Ramón y al Juan y vendrán
a esta parva.
Fuese el \ -enancio.
Llegó después de poco con el Ramón. Al Juan le
avisó también. pero no ,-enía.
El Gregario mandó a otros indios en sustitución de
lo Yenidos, para que trabajaran en la otra parva.
E
pautaron de nuevo a los bueyes perezosos. Cru–
JlO
el trigo reseco, htcio bajo los rayos del sol, al ser
a–
plastado por la pezuñas de los bueyes, con un ruido de
quep.
Las espigas destrozadas soltaban su tesoro lentamen–
te. · Culminaba la fatiga de la siembra en
el
premio fes–
tero de la trilla.
Separados de la pan·a, Gregario, Venancio y Ramón
hablaban en voz tenue, sentados sobre el rastrojo.
-Esta noche . . . . . De
aura
no pasa-decía el Gre–
gario como un soplo.
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