FERNAI\DO CllAYES
La india avanzó. Todo el cuerpo de Raúl interroga-
ba.
La expresión ansiosa de su cara habría provocado risa
de no ser espantosa.
-Me voy. patrón, a mi choza.
-¿Por qué? Ya no quieres estar ·aquí?
-Mi taita manda a llamar. Que ya ha pasado fies-
tas
-¡No te vayas!
¿Renacía el amor potente? No. ¿Espoleaba la carne
anhelosa? No. Sólo el orgullo ele amo se lanzaba con–
tra la orden del único dueño ele la india, contra la autoridad
paterna.
te
-Me voy niño.
Comenzó a salir
-¡ i\.fanuela! ¡Manuela! ¡No te vayas! ..... Quéda-
Pero la longa sin contestar, aherrojada por sus ente–
les pensan)ientos. se evadía presurosa por el corredor.
Todavía gritó el patrón enronquecido. Ni el eco le
devolvió sus voces. Salió desesperado.
Por el camino. con la maleta a la esp¡¡¡lcJa, aérea, cau–
cautivadora la tonga se iba. se alejaba irremediablemente de
sus manos voraces y ele su amor fin ido .....
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