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de una cultura por los límites del territorio en que se encuentran los
restos de sus productos caracteTÍsticos. Las afinidades
políticas,
desde
luego, no pueden ser determinadas con testimonios de esa naturaleza,
pero sin embargo, el hecho de que objetos ide estilo Tiahuanaco II se
descubran desde Colombia a la Argentina es una prueba de que la do–
minación
cultural
de Tiahuanaco II fué muy extensamente difundida".
Considera el estilo de alfarería diaguita llamado draconiano con–
tempo·ráneo ·de Proto-Nazca y Proto-Ohimú, entre 200 y 450 años D. C..
Tiaihuanaco :propiamente dfoho se ha;bría extendiido desde '€'/Sa época
·ha·sta 650 y luego sdbr·evenidría la decadencia del estilo·
llama.dopor
Uihle, epigonal, con su acción sobre los diagui.tas entre 1200 a 1400
de nuestra era. La última influencia sufrida por éstos antes de la con–
quista española, habría sido la incaica en los comienzos del siglo
XVI
(*).
'
ás ad:el:mte, en 1922, el reputado his-toriógrafo peruano Don
HJoracio Urteaga, presentó al Congreso de Americanistas del Brasil
un iirabaj,o obre 1las ntiguas ivilizaciones y -raza -
1
del P·erú, en e'l que
divfüió los erío os e la prehistoria de la siguiente manera:
a) Primer imperio Kecli a, .<Jlel que roceden Tiahuanaco, anti–
e Cacha, Vilcashuaman y Huámuco viejo.
eríodo de
la
·nva
ion~
.a-e
gentes Hega:das idel sur,
a cuya época se pueden referir las construcciones de pucara1S', princi–
palmen · acsayhuaman, Pissac y O'llantaitambo.
e) Período de fra·ccionamiento, .Uamado feudal, •anterio'r al siglo
XII.
id)
Ultimo período incaico o segundo período :K!.echua, inaugu–
rado con la conquista die los Hijos del Sol, desde su núcleo. de Pau–
cartambo.
Estima, pues, 1que todo fué Kechua,
inc1uey~ndo
Tiahuanaco.
No ha tocado el :tema de la irradiación de esa cultuTa en los diagu-itas.
Don Eric Boman ha sido gran adversario de la influencia de
Tiahuanaco en la civilización diaguita. Realizó con las misiones Nor–
denskiold
y
Créqui-Monfort, 'largas excursiones en las provincia:s del
(*)
En momentos de tirarse este trabaj o,
llegan a nuestras manos las actas del Congre·
so de Americanistas de Goteborg, de
1924
re·
cientemente publicadas. Señalamos en él, un
importante tabajo del Señor P. Rivet "Les
éléments constitutifs des civilisations du Nord
Ouest et de l'Ottest Sud-Américain". Inten·
ta el eminente autor " determinar la sucesión
relativa de los grandes movimientos de pue·
blos" de esa región y ofrece un ensayo de
cronología "de las emigraciones que contri!:>u·
yeron a formar las civilizaciones andinas".