PIRÁMIDES DE GIZEH
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mente la "posición del sol respecto a la tierra", se produce una cierta
torsión de dicha línea, con el transcurso de los siglos.
Es cierto que estas
y
otras opiniones desprovistas de fundamento
han tenido, respecto a las pirámides de Egipto, una circulación privile–
giada
y
exotérica, dentro de las reuniones teosóficas,
y
también por obra
de ciertas novelas científico-fantásticas de que la "sugestión egipcia" ha
sido tan fecunda. Puede leerse hasta en autores de cartel que la esfinge
ya era antigua, cuando Menes organizó el reino,
y
una cantidad de
otras fábulas sobre la finaiidad de las_pirámides.
Pero la idea de medir la antigüedad por medio del azimut, es de
tal m anera absurda, que nadie -hoy día se atreve a sostenerla seriamente.
Hay un ejemplo viviente, en un hombre de ciencia que, con tal de ejer–
cer una fuerte atracción en el público, no ha desperdiciado medio alguno.
Y bien, el mismo abate MOREUX, quien ha reunido alrededor de las
pirámides la mayor cantidad posible de cálculos cabalísticos, casi para
rivalizar, desde la plataforma católica, con la
~udacia
teosófica, no ha
osado aferrarse a esa idea,
y
define las diferencias angulares de las pirá–
mides como puros
y
simples errores de cálculo (XXIX, p.
18-19) •
En realidad, hablar hoy del problema de la antigüedad de las
pirá~
m ides, después de las conquistas de la egiptología, es una ingenuiaad que
no tiene límite. En cuanto a la causa de la diferencia angular de su
trazado, medite el
lector un
instante sobre el
siguiente prosp_ecto
(XXXII):
Lugar
Rey
Rey
Fecha
AZIMUT
nombre vulgar
nombre original
antes de
J.
c.
Meidum
Snefru
SNEFERU
4750
24' 25"
w
Gizeh
Xeops
JUFU
4700
3' 43"
w
Xefren
JAFRA
4600
5'
26"
w
Micerinos
MENKAURA
4550
14' 3"
E
Si se tratara de una tors1on progresiva, causada por fenómenos de
Ja
naturaleza que supone Posnansky, nos encontraríamos con dife–
rencias dispuestas, análogamente, en una serie . gradiente progresiva o re–
gresiva. En cambio los azimut respectivos, comenzando por las épocas
más antiguas, disminuyen unas veces, en valor absoluto, y otras veces au–
mentan, y hasta cambian de dirección.
Se
trata, evidentemente, de
errores involuntarios de los "harpedonaptas" egipcios encargados de la
orientación. Por otra parte, si queremos comparar estos errores con los
que se han cometido en todo tiempo, resultan, limitándonos a la zona