Table of Contents Table of Contents
Previous Page  385 / 470 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 385 / 470 Next Page
Page Background

ETNOGÉNESJS

323

sariamente las varias ondas culturales que han. llegado a un territorio

tan amplio y vario como el que nos ocupa. Sin embargo, tales interfe–

rencias son contingentes y próximas, y el problema capital no ganará

un ap1ce si seguimos por más tiempo confundiendo los dos conceptos:

factores externos y reacciones internas.

El anfiteatro qi¿e se extiende desde el Asia oriental

y

meridional

basta el borde pacífico de América, contiene los elementos, de nuestra

incógnita. Poco o nada sirven al americanista las denominaciones de

Indonesia, Micronesia, Polinesia

y

Malesia, que representan condiciones

efímeras

y

transitorias. Nunca el Gran Océano ha conocido largas épo–

cas de estabilidad. Sus aguas han sido testigo de ininterrumpidas revo–

luciones tecnológicas

y

corrientes raciales.

Y, precisamente, ese ritmo afanoso, que momentáneamente se subs–

trae a nuestra curiosidad, es la clave de los destinos de las culturas ame–

ricanas. Hay que delimitar zonas

y

tiempos, en lo posible ; h ay que

establecer en qué medida los etnos de las sucesivas zonas escalonadas

paralelamente a partir de la península malaya estaban inyectados de

sangre del hombre xantodermo, y en qué medida - lo ';}Ue es problema

totalmente aparte - s s costumbres estaban dominadas por las dos co–

rrientes creadoras de formas de ida y de arte: la cbín-a

-a1

norte, por

intermedio de los Tai, y la India al oeste, por inter,medío de los Mon–

Jmer. Hay que separar, venciendo di icuhades siempre may:o,res, el pa–

trimonio etnográfico de la humanidad propiamente pacífica, la de esos

protoindonesíos y ¡:¡rotopoJinesios que debieron dar, n cesa iamente, los

primeros contingentes al Nuevo Mundo, y, después, la e 1as formacio–

nes que se realizaron osteriormente en esa gran bornalla de alquimias

FIG.

99

Cabn:a

humana tn on

(A.ndalgalá). Compircse

vaso diaguita

con

tl

tatuaje

de

Ja

cabna maorí

represenuda

lámina XVII.

ea la

humanas. ¿Qué influencia tiene, en el pro–

blema "medíos de transporte", para los

hombres del pacífico meridional

y

orien–

tal, el dominio de la navegación alcanzado

tan tempranamente por los Malayos?

¿Estos hombres temerariamente familiari–

zados con el espacio, que han dejado ja–

lones y residuos basta en Madagascar, de

qué manera hicieron sentir los efectos cen–

trífugos de su

essor

en toda la lejanía del

Pacífico, para que iniciaran el movimien–

to, como en la trasmisión de una onda, las

primeras poblaciones de la periferia?

Más concretamente: ¿de las varías formas de ceremoniales maca–

bros que tenemos estudiadas, hay alguna esencialmente malaya

(

scalp,

adornos de cabello) y otras, en cambio, más propiamente melanesías