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aprestábase a tocar la trompa. Desde la
cuinbre de Sap'i retumbarían en
el
valle
sus roncas voces.
Las gentes, aterrorizadas ante la ame-
naza de la inundación, imploraban la divi–
na clerr1encia, rogando a Oh'ata K'ak'a que
no hiciera sonar la
K'
epa; porque, como
el trueno, podría llamar a la lluvia
y
des–
truírse la tierra.
La súplica
fué
escuchada, y Oh'ata K'a–
k'a quedó petrificado en la cima.
Le adoran como dios diluvial.
~.-.
..uy .remota exis.: ieron dos
razas, pares en cultura: los K'anchis
y
los
Kollas.
Separaba
sus dominios
La Raya-el
gran muro que, en ruinas, aun se levanta
descendiendo de la nevBJda cumbre del
Willkan
U
ta. Los priin eros ocupaban las
tierras bajas, hacia el Cuzco; los segun–
dos. el altiplano.
Había sido puesto el lindero por el Dios
Creador, quien dividió por igual las
tie–
rras
y
las
aguas.
l..1as dos
razas
vivían contentas, respe·
tando la voluntad divina. Adoraban el
lí–
mite,
y
le
llamaban
K'orpa.