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que, embriagándose, danzaba sin cansarse,
un torbellino, en tremendo vocerío.
Tbunapa levantó las manos en señal de
silencio. Quería. hablarles de divinos mis-,
terios. Mas. la farándula no le escuchó.
Entonces alzando los ojos al
cielo, trocó los hombres en esculturas
de piedra. Petrificó la danza misma.
El espiritu del inal se había infiltrado
sutilmente en a uel pueblo de hun1ildes
pastores.
Ni los s de los jueces ni los con-
sejos d ]©s cerdotes habían logrado mo ...
rigerar. las · todas las gen–
tes, · o un: . f milia rendía cu to a los
dio es y cumplí sus deberes morales. E~
ran Kuntur y los ~uyos.
Una noche, cuando la luna se oculta ...
ba tras los cerros vecinos, el Apu surgió
d~ las soinbras, y habló a Kuntur el Jus ..
to de ésta manera:
114--Hijo n1ío, esta mis1na aurora aban–
dona tu hogar junto con tu mujer y tus
hijos: no me preguntes por qué, ni vuelva~
el rostro haci& el pueblo mientras camines,
ni de la pa1npa ni del abra.
Marcha en ·silencio, que yo proveeré a
tu. bienestar'! .