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tras de barbarie, de alma basta e impulcra.
Romper la arrnonía de las buenas costum–
bres es incivilidad
y
aspereza.
Lo "no-buenon (1nanan-allin) es la sola
expresión del mal. El b.rnn es lo positivo,
lo natural y
hum~no.
Hieratismo
Copiaba el Inka el solemne gesto de las
1nontañas jefes. Su
ro~trQ
jamás sonrió.
Esfinges andinas, los señores del Imperio
hieratizár·onse como expresión cósmica de la
grandeza circu dante. El Apu era así: uno
solo. En el mon e nevado y en la majes–
tad del Inka e a fácil de reconocer.
Como al . ol , na ie osaba mirarle de frente.
Linaje antiguo
Superficiales observadores de la Sociedad
Inkaica, hánla motejado de primitiva: algu–
nos ·apenas le conceden el calificativo de
semi-bárbara.
P<?cos siglos habrían trascurrido, según tal
criterio, desde la nebulosa antropogénica de
1&
que salió
hec.hobípedo vertical ·el habitan–
t~
de estos cerros
y
llanadas.
.
Arqueólogos, etnógrafos, lingüistas, botá–
nicos nos prueban la antítesis. Nuestro lina-