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R. CÚNEO - VIDAL
muy de
ver.asel que haya encontrado en nuestros días un colec–
cionista
entusia~ta
en el _maestro Daniel Alomía Robles,
y
un en–
tendido crítico en el maestro Alberto Villalba Muñoz.
El primero de ellos se encargó de clasificar las melodías que
los habitantes de nuestra sierra ejecutan sobre sus instrumentos
primitivos, y su fino oído pudo localizar debajo de su diversidad
melódica un fundamento armónico común a todas ellas.
Sometido a análisis ese fundamento, saltó a luz la
escala día-
tónica andina.
•
Así se expresa a este respecto su analizador y crítico:
"Trabajando día tras día en la delicada tarea de trasladar
· al papel las canciones y danzas de la siei;ra peruana con toda la
fidelidad de que son capaces una
m~moria
envidiable y un oído
1
finísimo, el maestro Alomía Robles vino observando, y dedujo al
fin, que todas las melodías generalmente conocidas como incaicas,
coincidían en un mismo número de notas, las cuales formaban
una sucesión de grado de tal naturaleza, que daban lugar a una
'
esc~la
muy di erente de la conocida, o sea de nuestra gama, o
escla diatónica.
"Efectivamente, el sistema musical que en esta forma se nos
ha revelado· no es más que la disposición de una escala compuesta
de
cinco
sonidos, que se suceden en una forma
~al
que no da lugar
a los semitonos, teniendo d?s intervalos en tercer renglón, combi–
nándose dicha escala en la forma siguiente :·
Re - Fa - Sol - La - Do
"Ahera bien : dada la disposición de estos sonidos que forman
una
esc~la
incompleta
SQbr~
la tónica
re,
y teniendo, a falta de los
semisones, dos terceras menores, se fija por necesidad una
nioda–
lidad 1nenor,
que, si bien admite en el desarrollo de su melodía
modulaciones transitorias al modo mayor, siempre conserva el ca–
rácter tristón
y
sentimental peculiar del modo menor.
"Este sistema musical es uno de los más antiguos que se co–
nocían
y
practicaban entre los pueblos primitivos, principalmen-
·
te del 'Asia,
y
por lo que se deduce de la historia de la música