350
R. CÚNEO - VIDAL
'J.1aquini
(literalmente golpear), y
tussuna,
dijeron los que–
chuas por
bailar,
a tiempo que los collas dijeron
thocoña,
dentro
de la acepción onomatopéyica de
golpear
el suelo con el pie,
zapatear.
En una sociedad eminentemente labriega, reatada a la madre
tierra, como fué la peruana, el baile se relacionó, por los que lla–
maremos su cronología y sus
pases, -con
las efemérides de la vida
de los campos.
.
Haillicuni.
(Véase:
Mossi: Diccionario quechua castellano)
es
un verbo de la lengua quechua sin su correspectivo en otros idio–
mas. Significó "danzar cantando
la victoria de la chacra que se.
acaba",
esto es danzar al término de ciertas faenas de chacaristas,
con acompañamiento de alegres cantares, cuyo tema obligado son
el cultivo de la tierra y los goces humildes de la vida campestre.
La siembra, la apertura de acequias, el desmonte de terrenos
boscosos, la siega, se remataron con danzas
y
cantares gozosos, tal
cual ocurrió en la Arcadia de los poetas.
En otras palabras, el baile
no religioso,
tuvo entre los anti–
guos peruanos un valor eminentemente
campestre.
Pasemos a explicar el religioso.
El baile que se bailó al compás de la melodía denominada
huayñ1t,
se llamó, de igual manera, huayñu, o sea
el rnuerto.
Fué una suerte de baile piadoso
y
elegíaco.
'
Como su nombre lo da a entender, se bailó
a,
presencia de los
muertos, o de las momias que toda comunidad veneró al final de
los ágapes sagrados practicados en su recuerdo.
Se supuso que el muerto bailó los dichos bailes.
De allí, cierta tiesura del busto del danzante, el cual trató de
copiar la rigidez de la momia,
y
cierto leve acurrucarse de su
pareja, con el objeto de ocultar bajo la saya, a raíz del suelo, sus
.
pies movidos a compás del ritmo de la danza.
Son detalles, éstos, que sólo se revelarán a quien sepa de las
antiguas costumbres
y
de las antiguas preocupaciones de la raza,
en los bailes bailados en la sierra del Perú y Bolivia.
La música a cuyo sonido se ejecutaron las dichas danzas fué