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R.
CÚNEO - VIDAL
tópicos propios de su vivir reposado, agrícola, monótono
y
poco
,menos que invariado.
La calumniada
huaca
indiana, entendién91.ose por ello la mo–
, mia tutelar de los diferentes aillos andinos, no fué de ninguna ma–
nera el diablo que antojóseles descubrir a los antiguos evangeliza–
dores castellanos.
No fué él tentador, que en las laderas del monte de la Cua–
rentena, cabe el deleit9so valle del Jordán, osó enfrentarse al
Ungido.
No fué el tentador que en la Tebaida tendió lazos de concu–
piscencia a los santos padres del yermo.
~Habrá
quien acierte a discernir huellas de idolatría y de
demonismo en la noble y pura adoración del Sol, postrer capítulo
que fué en el proceso de 'formación de las creencias de los anti–
guos peruanos
1...
,
,
El demonismo colla
y
quechua -'hace su aparición en América
-ya
lo hemos
·cb.()-ccontemporáneam~nte
con la venida del evan-
gelizador casiteUa-no
·
Éste contur-15a las
idea~
de un pueblo ingenuo, contemplado en ·
estado 4e
1
v· g·niaa .
i
s "-fica, al mentarle nociones espirituales
que
n.b
pudo comprender,
y-
que había de deformar lastimosamente
al adaptarlas a su manera de pensar.
La llamada idolatría indiana hace, de igual manera, su apa–
rición en América-si hemos de expresar nuestro pensamiento sin
las limitaciones que no caben en el campo
d~
las especulaciones
filosóficas puras-con la aparición del
Santo
éristiano, en que la
mente indiana se inclinó a ver, de primera intención,. no a un tra–
sunto de santas cualidades elevado al honor de los altares para
ejemplo
y
veneración de los fieles, sino al
ídolo
de una nueva reli–
gión, al cual se adora
por sí,
y a quien se dispone en favor propio
mediante invocaciones y ofrendas.
b
Se ha modificado lo bastante la mente indiana, al cabo de
cuatro siglos de una intensa evangelización, para acercarse, como
es justo que ocurra, a la
~dea
de un Dios inmaterial, increado,
arquitecto del universo, fuente de toda bondad y de toda justi-
,