Table of Contents Table of Contents
Previous Page  332 / 382 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 332 / 382 Next Page
Page Background

32G

R. CÚ EO - VIDAL

los antiguos peruanos,

~n

la de Tarapacá los cerros d

Pintados.

El cometido eminentemente objetivo de aquella

pinturas,

siempre que se tratara de lugares en que colindaron cacicazgos

mayores

y

menores, fué describir

en forma gráfica

la naturaleza

y

suma de los tributos que el tributario estuvo obligado a pagar

al

apii

o feudatario.

Así, uno a modo de triángulo denotó las medidas o "monto–

ne,s" de guano, otra en forma de círculo, o bien de

S,

las unidades

de

reatas

o de

sogas,

hechas de cuero de lobo marino,

y

otras, en

forma de estrella, la suma de

es_tr,ellas de ?nar,

que fueron un

ítern

importante de la farmacopea indiana.

Sobre el manto de uno de los cerros del remate del valle de

Azapa, visible desde la hacienda de San Juan de Ocurica, se ven

trazadas, en la forma que venimos diciendo siluetas de

llantas,

bien para indicar el camino que éstas debieron seguir en direc–

ción ' a los

alt

,

o bien para indicar el límite áquende el cual las

mismas no d

ie on pa ar por temor a la

caracha,

achaque endé–

mico de tierras trop ·eales.

De peñas·

a}yradas

son célebres en el Perú las del cerro de

la Caldera

1 depai?{

Etnto de Arequipa, la del alto del Cas–

tillo, en Locumba,

y

la de Calango, conocida con el nombre de

Coillor .Sayana, mencionada por Llanos Zapata, en sus

Memorias

1

Físico Apologéticas.

En la falda de uno de los cerros del sistema del Morro de

Arica s.e ve trazada la figura de un apuesto guerrero, acaso para

indicar que en ese lugar, lo suficientemente abrigado contra los

vientos del Sur, y alejado de los pantanos del río

de

Azapa, ge–

neradores de tercianas, solieron acampar lós ·ejércitos del Inca las

veces que aportaron a tierras ariqueñas.

Fray Baltazar de Salas, autor de un curioso libro titulado

Copacabana del Inca,

da a las dichas piedras labradas el nombre

de

hiicacalas,

equivalente de piedras

sagradas.

Los andinos llamaron

qquelcas,

o pergaminos, los cueros di–

secados de llama, en que sus memorialistas trazaron figuras, de va–

lor ideográfico,

y

qquelqueri,

o escriba (nombre que se aplica en