Table of Contents Table of Contents
Previous Page  255 / 382 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 255 / 382 Next Page
Page Background

HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN

PERUANA

249

región de puna,

donde "ccunutun",

o sea

donde hiela

J.

y cuando

decimos Ecuador, nos referimos expresamente al alto Ecuador,

con más uno que otro valle de bajada a la costa, y uno que otro

de penetración a la

montaña.

Los habitantes del dicho altiplano ecuatoriano, tan civiliza–

dos cuanto lo permitían las condiciones generales del continente

americano, usaron una indumentaria determinada; fueron enten–

didos agricultores, vivieron agrupados en

aillos,

agrupados a su

l

vez en "marcas", y pagaron tributo a los soberanos del Cuzco,

sobre la pauta de ·una contabilidad estadística de que fué

ábaco

el ramal de cordelillos impropiamente llamado

qquepu,

cuyo ver–

dadero nombre fué

qquitu,

según el Etimologista paceño anónimo,

tantas veces citado en nuestros escritos.

Ei1.

cuanto ·al territorio costeño propiamente dicho, del cual

los andinos no apreciaron más allá de contados productos, como

ser la sal, el guano, los cueros de lobo marino, las conchas de la

mar

(mullus),

etc., él

fut

aban4onado a las razas autóctonas, in–

feriores en calida , no a e as agricultoras, ictiófagas, desnudas

de ropa y de

civilización, ~

menospreciadas de las de tierras aden–

tro, las cuales

lle~

on marcatl.o el· estigma de su, inferior cultura,

en los nombres con que fueron conocidas, a saber:

ccaras, ccarra–

cas,

"pelados" o "desnudos";

ccamanchacos, ccarnachangos

y

chan–

gos

(en el sentido de espantables o repugnantes),

puquinas

·o "co–

lorados" (por las manchas rojizas de cárácter leproso de su epi–

dermis, producidas por su mencionada condición de ictiófagos) .

Colocados, de hecho, en el último ·peldaño de la escala cultural .

de

la~

razas americanas, por lo que hace a su organización, no

cabe hablar de una

nación ccara,

por no merecer un calificativo

semejante el cordón de tribus dispersas y trashumantes, en gue–

rra las más veces con sus vecinos, que hoy se vió en este trecho

de la costa comprendida entre Esmeraldas y el golfo de Gua–

yaquil,

y

mañana en otro, conforme a los percances de la pesca

a que se. dedicaron y de que vivieron.

Ni los

Ccaras

constituyeron en el Ecuador una entidad digna

de la elasificación de raza lo suficientemente compacta y fuerte