HISTORIA DE
LA CIVILIZACIÓN
PERUANA
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El
quitu,
así considerado, representaba prácticamente una
provincia o, si a cuenta viniese, un reino.
De allí el que se ácabase por confundir al ramal que determi–
nó a una provincia, con la provincia misma.
Quito, lejos de ser la ciudad capital de un reino más o menos
autónomo, cual piensa el P. Velasco, fué
la ciudad del hornenaje
y
de la
tributación,
en donde los soberanos del Tahuantinsuyo re–
colectaron, por mano de
quitiwamayos
dependientes de sus
willcas
1
o procónsules, el tributo que les correspondió cobrar, sobre la base
del CQnsabido
quitu,
o ramal de cordelillos de valor numeral tan–
tas veces mencionado.
Dijimos que el tributo
(rnanu)
que los qquepucamayos del
inca cobraban a los regnícohts
(huancas)
del Ecuador cuntisuyo,
fué a parar -a manos .de los
huancawillcas,
capitanes de guerra, o
procónsules que los monarcas cuzqueños tuvieron en las
llactas,
cabeza de suyos, de su imperio.
Calificábanse
C1
m.9
lru
neas
los regnícolas del Alto Ecuador
región, ya lo hem
de su elevación sob
icho,
lasiificada como
chiri,
o fría, en razón
el nivel Bel mar.
Decir
huam.c
,
eruano por excelencia ; es referirsc
a una de las agrupaciones triliales más al!tiguas, importantes, y si
se nos permite la frase,
dinániicas
del antiguo Perú, si hemos de
juzgar por las numerosas huellas de su paso dejadas sobre .la faz
del Perú.
Hubo huancas en Huancané, en Huancani, en Huancayo, on
Huancavelica, y en cien otros lugares de la geografía del Perú de
los incas.
Cualquiera que en su origen haya sido el valor literal de
h
~ta
nea,
existe el hecho de que con él son designados los detalles
más antiguos y más solemnemente clásicos de una comarca, y a la
vez los habitantes muy antiguos, fundadores de la misma.
Huanca llaman en el Cuzco ciertas cumbres de sierras que de
alguna manera sugieren la idea de un perfil humano, y ello. en
un sentido racial, como dando a entender que por ellas vinieron
al llano las razas fundadoras de la primitiva sociedad peruana.