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HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN

PERUANA

177

Guatanay,

no fué en

f

ornia alguna una aventura desatentada, ni

fiada al azar, camino de lo desconocido.

Tan supieron los

Capacs

que tomaron la iniciativa de aque–

lla aventura adonde se dirigían, cuanto Moisés

y

Josué en la his–

toria del pueblo hebreo tratándose de la Tierra de Promisión.

Si la elección de la tierra de Canaán dependió de un convenio

entre los primeros patriarcas y Jehová, que ·es como si dijésemos

entre lo prosaicamente humano

y

lo sobrenatural, la elección de

la tierra en que surgiría el imperio peruano dependió del 1acierto

,

y previsión de una raza entendida y pujante que ante todo contó

con su propio esfuerzo y con su propio

sino.-

Años, y quién sabe si lu$tros antes de que aquello se realizase,

los

hombres c6ndores,

dependientes de los Capacs del lago, ha–

bíanse enterado de la fertilidad de las tierras, abundancia de las

agué\S, apacibilidad del clima, y demás circunstancias que hacían

apetecible el valle del Guatanay y la restante CO'marca cuzqueña.

IIubo más:

El aillar de

0$

tf

pacs

su o

de antemano, que en las dichas

tierras cuzqueñas, ele iaas pa a la fundación de la capital del

futuro imperio,

np

les fa

tar.'

a

colaboradores, retoño, como ellos

mismos, del viej-0 tronco preeollagua, perdidos de vista durante

('enturias, mas no menos conscientes de sus comunes orígenes, ni

nienos dispuestos a secundar sus iniciativas de vida confederada

y

nacional, tan presto como se presentase la ocasión favorable.

Y

es, posiblemente, que en los precisos instantes en que los

C1apacs salidos de la isla maternal de Titicaca desembarcaban en

la playa anegadiza de Juliaca, rompían la marcha, en obedeci–

miento de una común palabra de orden, los tres

11.illares

restantes

qu

acudieron a la cita solemne de Pacaritambo, en que fueron

a~orda.das

la fundación del Cuzco y la creación del Imperio.

¿

DC' qué otra manera, de no mediar un concierto pTevio, ha–

hriH podido realizarse la cita mmnorable

~

...

Esta

últin1a

~e

nos presenta, de consiguiente, como el resul–

talio }H'C'Yi to, armónico

y

si se quiere

fatal,

del querer de cuatro

12