HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN
PERUANA
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Guatanay,
no fué en
f
ornia alguna una aventura desatentada, ni
fiada al azar, camino de lo desconocido.
Tan supieron los
Capacs
que tomaron la iniciativa de aque–
lla aventura adonde se dirigían, cuanto Moisés
y
Josué en la his–
toria del pueblo hebreo tratándose de la Tierra de Promisión.
Si la elección de la tierra de Canaán dependió de un convenio
entre los primeros patriarcas y Jehová, que ·es como si dijésemos
entre lo prosaicamente humano
y
lo sobrenatural, la elección de
la tierra en que surgiría el imperio peruano dependió del 1acierto
,
y previsión de una raza entendida y pujante que ante todo contó
con su propio esfuerzo y con su propio
sino.-
Años, y quién sabe si lu$tros antes de que aquello se realizase,
los
hombres c6ndores,
dependientes de los Capacs del lago, ha–
bíanse enterado de la fertilidad de las tierras, abundancia de las
agué\S, apacibilidad del clima, y demás circunstancias que hacían
apetecible el valle del Guatanay y la restante CO'marca cuzqueña.
IIubo más:
El aillar de
0$
tf
pacs
su o
de antemano, que en las dichas
tierras cuzqueñas, ele iaas pa a la fundación de la capital del
futuro imperio,
np
les fa
tar.'
a
colaboradores, retoño, como ellos
mismos, del viej-0 tronco preeollagua, perdidos de vista durante
('enturias, mas no menos conscientes de sus comunes orígenes, ni
nienos dispuestos a secundar sus iniciativas de vida confederada
y
nacional, tan presto como se presentase la ocasión favorable.
Y
es, posiblemente, que en los precisos instantes en que los
C1apacs salidos de la isla maternal de Titicaca desembarcaban en
la playa anegadiza de Juliaca, rompían la marcha, en obedeci–
miento de una común palabra de orden, los tres
11.illares
restantes
qu
acudieron a la cita solemne de Pacaritambo, en que fueron
a~orda.das
la fundación del Cuzco y la creación del Imperio.
¿
DC' qué otra manera, de no mediar un concierto pTevio, ha–
hriH podido realizarse la cita mmnorable
~
...
Esta
últin1a
~e
nos presenta, de consiguiente, como el resul–
talio }H'C'Yi to, armónico
y
si se quiere
fatal,
del querer de cuatro
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