CAPITULO
XI
EL· FOKL·ORE ANDINO
Las emigraciones
de
las antiguas estirpes
am~
rican.ascontem–
pladas en los capítulqs
preced~ntes
repercutieron en forma ne–
bulosa, confundiéndose con nociones bíblicas de importación euro–
pea, en el
folklore
andino.
La esencia de éste se reduce ·a que las orillas del lago de Ti–
ticaca conocieron
dos
suertes de creaciones de civilizaciones, la pri–
mera de las cuales fué obra de una raza desconocida, de hombres
"parecidos a los blancos" ,que la elevaron a un grado de notable
perfección.
Aquellos hombres de la prehistoria de América habrían sido
los fundadores de Tiahuanaco.
En el año de 1895 Adolfo Bendelier, viajero
y
arqueólogo
suizo, autor de estudios dignos de aplauso acerca de las razas na–
tivas del Collao, congregó a los habitantes más ancianos de la co–
marca
y
los interrogó acerca de lo que supiesen de las antiguas
tradiciones de su nación,
y
obtuvo las siguientes respuestas, que
se verán estampadas
in extenso
en su obra
Islas
de · Titicaca
y
Ooati.
"Uno de nuestros informantes, un hechicero viejo, nos dijo