QUECHUA-CASTELLANO
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ban dando voces
y
ojeando cuántos animales
topaban por delante, y ya sabfau donde
ha–
©ían
~de
ir a parar
y
juntarse las dos mangas
de gente,
para
abrazar
el
cerco
.qn@
llevaban
hecho y .acorralat·
el
ganado que ha'bían meo·
gido
1
y
sabían también donde habían
de ir a
parar con el ojeo, q
ne fo
ese tit3rra limpia de
montes, riscos
y
peñas, porque no estorbasen la
üacería; llegados allí, apretaban la caza con tres
y cua1rro paredes de Indios, hasta
1
legar a
to–
mar el ganado
a
rpanos.-Oon la caza, traían
a:m.tecogidos
leones y osos y muchas zorras, ga–
tds
cervales, que
llaman
Ozcollo,
que los hay
de dos o
tres especies, ginetas y otras sa tlan–
rlijas semejantes, que hacen
cJ<1ño
en
la caza.
Todas las ma aban luego, por limpiar
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cam–
po
de
aquel!
r alct
·rinalla.
De
tigres no ha–
cemos menció_,
p
r,que
no los hay sino en las
bravas
mo~1ta-
s
los Aotis.
(ijl núuiero de
los veuadot>,
· a:z:o
ar
1os
1
y
d~l
Gm'hado Ma-
yor,
que 1laman
Huanacu,
qne es de lana bas·
ta, y de ot110 que llaman
Uicuña,
que es me·
nor de cuerpo
y
de lana fiuísima, era muy grau–
de, q ne mu chas veces,
y
según que las tierrag
eran unas de más caza que otras, pasaban de
veinte, t1'eintl:i y cuarenta mil cabezas, cosa her–
mosa de
VA!'
y de mucho regocijo. Esto había
entonces, ahora digan los pres;eutes el número
de iatS que se Jhan esca¡pado tdel estrngo
y
des–
pe;r.dicio de los arcabuces, puee apenas se ha•
l lau ya
Huanac·us
y
Uic-uñas,
sino donde ellos
no han podido llegar.-·-'l'odo este ganado toma·
ban a manos. Las hembras del ganado cervu–
no, como venados, gamos
y
corzos, soltaban
lue•
go, porgue no tenían lana que les <quitar: las
muy viejas, que ya no eran pat·a criar, mata–
ba1n.
'"fambién soltaban los machos que les pa–
recían necesarios para
padres, y so.Itaban los