QUECHUA-CASTELLANO
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él fuera Inca, no sólo no hiciera las cruelda·
des
y
abominaciones que hizo, mas no las ima–
ginara;
que
la doctrina de nuee.tros pasados nun–
ca fue qne hiciésemos mal a nadie, ni aun a
los enemigos, cuanto
má3 a
los parientes, sino
mucho bien a todos. Por tanto, no digas que
es nuestro párieute el que fue tan en contra
de nuestros pasados; mira que a el1os
y
a no–
sotros
y
a
tí
mesmo te haces mucha afrenta
en llamarnos parientes de un tirano cruel, que
de Reyes hizo sien
1
os a esos pocos que esca–
pamos de su crueldad. Todo esto
y
mucho más
me dijo aquel Inca, con
la
rabia que ten:ía de
la destrucción de todos los suyos,
y
con la re·
cordación de los males que las abominac:iones
de Atahuallrrn les causaron, trocaron en gran·
disimo lla:nt
el
· gocijp que pensaban
tener
de
la
muert~
on
~irancisco,
e1 cual mien–
tras vivió, sin
iend~
este odio que los Incas y
todos los in ·
en con ún le tenían, no
tra·
taba con
el
ni
ali
de su casa. Lo mismo
hacían sus dos hermanas, porque a cada paso
oían el 11omb1·e
<le
Auoa,
tan significativo de
tiranías, crneldades
Y.
rna ldades, digno apellido
y blasón
de
Jo.s que pl'eteudían." IX. XXXIX.
AuoAOUNA.P.Ao.-Para
los
tiranos 1 truido–
res1 fementidos 1
tj."Al ponérsela en la
ma–
no (el Hacha de Armas o Champi, al P rínci–
pe Heredero) le decían:
".f.luoacunapac.'·'
Es
dativo
del número plural, quiere decir
para
los tiranos 1 para los traidores 1 cri1.,eles 1 ale–
vosos1 fementidos,
tj
1
que todo esto
y
mucho
más significa
el
nombre
auca.
Querían decirle
eu sola esta palabra, conforme al frasis de a–
quel lenguaje, que le daban aquella arma
en
señal
y
divisa de que
había
de tener mncho
euidado de castigar
a
los
ta les."
VI.
XXVII.
.
AuQur. -
Infante
Real.-"A
los
hijos
del