BOCETOS HISTÓRICOS
87
Con esta madera forman la jangada o balsa como se repre–
senta en la figura número 5, y sobre ella un soler o tillado
o piso, L, de caña, en la cual construyen un cubierto . a dos
aguas, como C, ·en lugar de palo con la vela, la arbolan con
una cabria de dos mangles, en la manera que lo representa
D, y en las que tienen trinquete, otra de la misma forma. En
estas balsas no sólo navegan en el río, sino también en el mar,
por donde hacen la travesía hasta Paita. Su tamaño es vario y
su uso y destino también; unas tienen para la pesca,
otras sirven para el tráfico del mismo río, y, otras,
más primorosamente fabricadas, para el trasporte de
las familias a sus haciendas y casas de campo, don–
de van con todas las comodidades que pudieran tenerse
en una casa, navegando todo el curso de aquellos ríos sin ex–
trañar el movimiento, ni echar de menos el desahogo, como
se podría inferir de lo largo de ella, siendo el de los
pucros,
la que se fabrica de 12 a 13 pies y los palos que la componen
se extienden del suelo cosa de 20 a 24 pies ".
" Toda la unión de los palos que componen esta e pecie
de embarcación se hace por medio de bejucos, con los cuales
se amarran unos contra otros y con los atravesaños que cru-
No.
7.
Construcción de una balsa entre los egipcios. La factura
de los bai·cos del Titicaca es idéntica, con sólo el cambio
del material:
!aJ
totora en vez del papiro
zan por arriba, tan fuertemente, que resisten a las mareja–
das en las travesías de las costas de Tumbes a Paita. La
carga
~ue
soportan las balsas grandes es de 400 a 500 quin–
tales". ( 9 ) .
Como se ve, la descripción de don Antonio de Ulloa no
, puede ser más completa, y que tal era la antigua balsa de los
(9) .--J. Juan
y
A. Ulloa.
Relación Histórica del vicvje a la Amé–
rica Meridional.
T.
l.
Lib. IV.
c.
IX.
pág.
266.