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EL AYLLU
ha hecho de este idioma, se viene en cono–
cimiento que las tribus guaraníes ocupaban
sólo determinadas zonas del Paraguay, Paraná
y Uruguay. Menos aun que aquellas hipóte–
sis podría resolver el problema en cuestión
la teoría de los influjos recíprocos. Dada la
geografía del continente, sus formidables
barreras de montañas y repliegues inaccesi–
bles, de bosques impenetrables, de llanos y
desiertos incornensurables, la imitación, el
contacto inmediato 6 frecuente, han debido
ser, sino nulos, demasiado ténues para pro–
ducir esos fenómenos sociales de sorpren–
dente similitud.
Q!Iizás no queda otra explicación razonable
de las analogías americanas, sobre todo de las
lingüísticas, que la de una fuente común, de
donde por fraccionamiento derivan los idio–
mas conocidos hoy. Fuerza, desde luego, á
esta conclusión, la comunidad de raices en