EL AYLLU
vista de fundamento sería tal creencia si se
trata de los aymaras, de cuya civilización
asombrosa tendríamos testimonios evidentes
en las ruínas de Tiaguanaco, en los restos
de su constitución social y en la riqueza de
su hermosa lengua.
En cuanto al
ayllu,
no es de suponer que
hubiese nacido exclusivamente en la rama
aymara, ni tampoco podría sostenerse que
hubiese aparecido en ella con anterioridad á
las demás del continente. Por poco que se
penetre en el conocimiento de las institucio–
nes primitivas de estos pueblos indígenas,
se encontrará siempre la forma típica de la
gens.
Así, por ejemplo, el
callpulli
azteca,
territorialmente considerado, es semejante al
ayltu
incásico, cuando este tenía la estruc–
tura del clan, como ha de verse más ade–
lante. ¿La identidad de los primeros gérme–
nes de la composición social se debe acaso