DE LAS LEN Gt.;A
AMERICANA EN l'AR'l'I ULAH
Sl
par ce reaccionar contra ella
y se Janza de nuevo en lo abso–
luto no demo trable.
« En lo que concierne al empleo dt1l infinitiYo -
1lice -
el
Maya e mue tra muy uperior
aJ
Quich , pue
110
olamente
hace lm u o frecuente de este modo sino que también forma
una e pecie de g rundio, gracias al empleo de ciertas partícu–
ln .
»
(Que on por lo g·eneral pronominale .)
-
.te re pecto, sienta
l mi. mo má arl lante: « Lo que Bel–
trán califica de gernndios y supinos no
' otra co a qne el in–
finitivo precedido al genitivo del prefijo po
sivo.
»
'ontinuaudo en , u apología del Maya encuentra qu
us
mi mas defi ·iencias gnuua,ticales
011
otras tanta calidade que
le imprimen el carácter progresivo
el
una.leng·
ua.org·á.nica. « En
el·Maya se siente
trn
fuerzo hacia
trn
ideal lingüí tico. La
trabaz_ón de
u
pronombres, como prefijo
infijo
y
-~1fijo
afectando lo mi mo ca o prnnominale
afií al transitivo como
al intran it ivo, lo con ti uyen en un e tado de infel'ioriclad r
-
pecto del Tzendal que di tin.gue claramente la voce v rbal
una
de otra . P ero la complica,ción de
to mi mo paradig–
mas pron'ominal s (ya hemo ' apuntado que el mecani mo e
tan
imple como elemental) revela la pr ocupación con tante ele
hacer re altar la noción ( ólo la noción) con má
fuerza
y
pre–
cisión. La posesión de una cla e de pronombr . e p cia,J
,
con tituye por
~í
olo uno de lo progre ' os mús importante•.
»
Parecería que el último rlemue trn lógicameut
lo contrario,
pues el pronombre e pecial hace el mecani mu rlel verbo,
y
in él no hay •erbo po ibl .
El verbo sel' en el MCU!Ja.
-
De pué, de e to, parecería impo-
ible so ener que el Maya e taba dotado del verbo ubstantiYo
Rer, con su proyeccione ab t racta
y
el autor, que antes ha–
bía osteniclo,
y
o tiene en e te estu lio que
una, adaptación
e pa.ñola, admite qne él 'ea propio del idioma. En efecto en su