Table of Contents Table of Contents
Previous Page  196 / 292 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 196 / 292 Next Page
Page Background

178

RlC.\fiDO ROJA

a1nparo <le E>sta

supersticiones, ha prosp ea<lo

uu~

suerte de hechicería benigna,

q

ic

asLutos embaiuor

toman con ánino de granjería: me rcfi ro

á

la inc<licina

y

la adivinación.

El nigromante no es sino un hechicero que no aplica

sus poderes al daño. Ha habido en la sel va adivinos lan

famosos como el Santo Gil, farsante afortunado

á

cuyo

rancho. peregrinaban llevando sus alifafes y tristezas

feligreses del vasto alrededor. Empero, como en las

grandes ciudades, -

donde se lo explota con avisos en

los periódicos de vasta circulación, -

ha descendido

inucho este viejo culto

e

e los presagios. sobre todo si

se

recuerda las

ia

del verso homérico, cuando

los guerreros consL tan

las entrañas

del Loro imnolado

á

«

las rib

r

far

infec.un<

la

» ...

El físicos·

'

'tre_, p_or su parte, no es sino la antítesis,

el complemento del hechicero maligno, cuyos veneficios

su beneficio evita

ó

repara. Cura con hierbas

ó

brebajes

que obtiene de acuerdo con su terapéulicaempírica. Pero

cuando mórbidas crisis ó rebeldes caquexias mués transe

rehacías á .la fannacopea del bosque, el médico recurre

á su ciencia oculta,

y

avisa al paciente : - No hay más

que lo han embrujado, amigo

!. .. -

Y ahucián<lole <le

embelecos, estipula con los deudos la cura sobrenatu–

ral, mediante el pa·go en vaca ó chafalonía. Viene des–

pués muy bien apercibido,

y

entre la inocencia del

enfermo y el azoramiento de la parentela, hace vomilar

al infeliz, por la boca, -

ó se la exlrae de alguna buba,