Table of Contents Table of Contents
Previous Page  186 / 292 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 186 / 292 Next Page
Page Background

168

RICARDO ROJAS

Según la mitología regional, Zupay, universal

y

ubicuo en su estado latente, es multiforme en sus mani–

festaciones. Prefiere en sus metamorfosis figuras hu1na–

nas. Ha encarnado alguna vez en cuerpo de hermoso

mancebo, apareciéndose en un rancho de la espesura

para tentará cierta mujer ingenua. Se ha mostrado otra

ocasión como un gaucho rico y joven que visitó la selva

en su caballo enjaezado de mágicos arreos. Otra sazón

un paisano, cantor de la comarca, atravesando el

bosque, rumbo á la fiesta, vióse de antuvión aeompa–

ñado por alguien que le desafiaba á

p~yar,

guitarra en

inano : -

e-ra también el Malo, como en la leyenda

pampeana d

s Vega. Los nati os hablan así

mismo del D e

, pe ueño Zupay, en quien se reco-

noce, como

os a tedichos personajes s1,i origen

español. Es

tra vi es enano de la siesta, con su corta

estatura, su rostro magro y barbirrucio, el ingenio

maligno bullendo bajo el ancho sornbrerole de copa en

embudo. Recorre las tortuosos senderos de la fronda ;

peregrina luengas jornadas yuso el ardiente can de

esos mediodías ; y asoma á la vecindad de los ranchos

en busca de niños, como si tambien allí, cual en tiem–

pos de Giles de Lava!, fuesen necesarios los cuerpos de

párvulos, con cuyos tiernos huesecitos y sonrosadas car–

nes, preparábanse 'pócimas

y

ungüentos de hechicería.

Los hijos de la selva refieren otras revelaciones de

Zupay. Cierto día los montes saladinos oyeron los bala–

dros de un fabuloso

toro-.

bestia chúcara de olímpica