Table of Contents Table of Contents
Previous Page  122 / 292 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 122 / 292 Next Page
Page Background

104

RICARDO ROJAS

grupo se nos aparecía después, al doblar el primer re–

codo. :Marchaban

á

vanguardia dos peatones co1no de

espoliques, pues seguían detrás, -

ahilados todos, ca–

balleros

á

escote en un mismo burro, -

hombre y mujer

con hijo en brazos. El conjunto, entrevisto á la claridad

nocturna en la ruta agreste, evocaba sencillos cuadros

bíblico~.

Al advertirnos bien montados, saludaron res–

petuosan1ente. Y yo les dije :

-

Buenas noches, nüs an1igos : ¿no saben dónde es

el baile?

Sí, señor; de allá venimos ...

¿ Es reLirado de acá ?

¿Retirad ?... No, señor...

A ver : cállense , -

i-nterru1npió el del asno : -

¿Oyen el bo1nbo ?...

ucno; ahí es; cerquita, no :rpás ;...

siga11 junto á lo_s

~i ele_s .

-- ¿Habrá inucha gente?

-

¡

Pero mucha, señor

!

Nos separamos, renovando cada cual su jornada. Me

sorprendió el humor comunicativo en seres de ordi–

nario tan recatados. Observó entonces

rni

compañero,

que sin duda, habiendo estado en la reunión, volvían

medio de gorja. ConLinua1nos en silencio, hasta arribar

á

nuestro destino, donde la inn1óvil arboleda cercaba

con su inuro de sombra un descampado. Se alzaba en

éste el miserable rancho de quincha, bajo de cuyo alero

el rústico violín crujía, entre las manos de los músicos,

acompañado de la guitarra llorona y el bombo poténte