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de relieve haberse ajustado á .los cánones
del arte, sin descuidar
el-
autoctonísmo,
patentizado en
el
apólogo
''El
sapo
i
el
z01To;"
dos .anímales intelijentes, igual–
mente astutos, que coatrastan por su lije–
reza el uno
1
por su pesadez
el
otro, como
en·el de
"La tortugét
i
la lichrc,
de La
Fontaine, .de la que difiere
la
creación pe–
ruana, en
el
empleo de los
ch n~ q
uis, (
co–
rreos íncáícos para la rápida trasmisión
de mensajes) que le dan todo
el
carácter
de originalidad apetecible.
Antes definamos, que cosa es
la
fábula? ·
Para
el
inimitable La Fontaine:
L
nn. a111plin coniecl ia r.n t:ien
netos
diversos
l
cuyo
esr.enn
rio
P8
el
U
11
i
rn rso.
Florían patrocina la definición de su
predecesor, confirmándola:
.
''En efecto> un apólogo es una ·espe–
cie de drama i:e.lueño: tiene exposición,
nudo i desenlace. Que los actores sean .
anímales, dioses, árboles
ú
hombres,
siempre comienzan por decir de lo que se
trata, se interesan por una situación, un
suceso cualquiera, i concluyen por dejar–
nos satisfechos, sea de ese suceso, algu–
nas veces una sola palabra, resultado mo
ral de todo
lo
que se ha dicho í hecho"
Ej~mplo,
en una pornográfica, en que
todo el mérito ·estriba en la palabra: pan-