PROEMIALES POLITICOS
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Ciºudad de Cordoba....,
y dada á luz, según
algunos autores, con el nombre de
D. A n–
drés de Morales,
seudónimo que dicen que
usaba el P. Roa; pero es lo cierto que na–
die ha visto tal libro, y, por tanto, no deben
de ser exactas las noticias que acerca del
mismo dieron Ribadeney ra
[?]
y Alegam–
be, el P. Rafael Leal (Obsequios de Córdo–
ba á sus Reyes.•.., 1796) y otros», dice el
Sr. Cañal y Migolla en sus
Apuntes bibHo–
gráficos aterca del
P.
Martz"n de R oa .
(pá–
gina 13, not. 4.ª) .-Véa nse también los
núms. 5787 y 594 r, pues esta es la tercera
vez que tropezamos con la misma obra, ci–
tada con diversos títul os; y téngase por
dudosa, cuando menos, su impresión, ya
que no por seguramente supuesta.
5994.-Proemiales Politicos, donde se
agitan las siguientes questiones: Si es
mejor ningun govierno que alguno . Si
sea mejor el govierno democratico que
el monarquico y aristocratico. Varios
argumentos contra la monarquía. Qual
sea mas conveniente Reyno, el electivo ,
o
el hereditario. Si es licito excluir las
hembras de la succesion de los Reynos .
Si es licito matar al tirano. Si es conve–
niente que se vendan los oficios de los
magistrados. Madrid, 1634.-En 4.º
Con ocasión de unas palabras de don
Francisco de Quevedo Villegas al Duque
de Medinaceli en carta de Madrid y
24
de
Junio de 1634, en que le d ice: «Aquí im–
primieron doce dias há los padres de la
Compañía unas conclusion es que han es–
candalizado al Consejo R eal y á todos¡ y se
han recogido y mandado no se sustenten,
y que no impriman conclusiones sin que se
vean primero», anota lo siguiente D. Aure–
liano Fernández-Guerra : «El padre Agus–
tin de Castro las leyó en la compañía de
Jesus. lntitulábanse
Proemiales políticos....
He visto una copia contemporánea, y otra
más moderna, donde se atribuyen al año
de 1639. Con tal suceso y discursos, que
escandalizaron á toda la corte
é
irritaron al
gobierno de Felipe IV, confundió don Fran–
cisco Manuel de Melo la causa de la prision
de QUEVEDO, en su apólogo dialogal intitu–
lado
El hospital de las letras» (Obras de
Quevedo,
u,
de la ed. de Rivad.,
XLvm ,
558- 51).
Creemos que hay varios descuidos ó in–
exactitudes en esta nota. Por de pronto, no
parece natural que Melo confundiese las
causas de la prisión de Quevedo, verificad a
á 7 de Diciembre de 1639
1
con los efectos
de unos
Proemt'ales
ajenos publicados á
11
de Junio de 1634, aun dado que real–
mente quisiera referirse á ellos en su
Apó–
logo dialogal,
donde, dicho sea de paso, no
hallamos semejante referencia, ni es fácil
que la halle quien lo lea sin preocupación,
en el mismo
Sr.
Fernández-Guerra
(i"bz'd.,
r,
ed. de Rivad.,
XXIII,
pág.
LXXII).
Además, la fecha de 1634, que atribuyen
á los
Proemiales,
tanto él como luego Me–
néndez y P elayo
(La Czenáa española,
r, 23-4) y el Sr. Pidal
"(ibt'd.,
n, págs. xxvr–
xxvn), la j uzgamos enteramente gratuita y
supuesta, sin otro fundame nto que el de
figurarse que en la carta de Quevedo se ha
de aludir por precisión á los dichos
Proe–
mtáles
del P. Castro. No vemos,
á
lo menos,
que se alegue, ni aun se insinúe, otro nin–
guno para corregir la que se lee en las lla–
madas copias, conviene á saber: la de 1639,
que aparece ya en el códice, contemporá–
neo seguramente del autor, que se conserva
en la Bibl. Nac. de Madrid, en
fol.º,
de
53 hojs. (6 sea las incluídas en las 412-464
de un legajo de
Vanos
mal pergeñado),
que lleva el epígrafe de
«
Promiales politi–
cos», con la nota marginal de «el P.e Ag.n
de Castro en m.d año de
J
639-leyo en la
comp.ª de Jhs», y comprende cabalmente
las mismas cuestiones que van especificadas
al frente de este artículo.
Es de advertir, por último, que no habla
Q~evedo
de
P roemiales,
sino de
Conclzistú–
nes,
por lo que tampoco nos cabe la menor
duda de que se refiere á lo mismo de que
da noticia el P. Francisco Vilches en carta
de Madrid y Junio 12 de 1634 á su amigo
el P. Rafael Pereyra.
«U
na historia (dice)
de unas conclusiones que se habian de te–
ner ayer en esta casa, escriben al P. Visita-