..
376
RELACION DE LA ARMADA
pit·áticas
(págo. 356-35 8) , de donde copia–
mos este t ítulo.
Pero hay mucha inexactitud 6 confusión
e n sus palabras, por lo que hace á
los
PP. Francisco Colí n
y
Valerio de Ledes–
ma. - En primer luga r, el P. Colín no h a–
bla en su
Labor Evangéb'ca,
de ning un a
R elacion
impresa del P. Ledesma, antes las
da clarísimas de todo lo contrario; pues ha
bien do avisado previamente qué va á contar
e l «sucesso de las [ missiones ] extraordi na–
ri as de los P adres Rectores, Pedro Gomez
[de Tt::rnate], y luan de Ribera [de Manila]
a la India [a pedir refuerc;;os al Virrey], y
de seis Padres,
y
Ht:rmanos nuestros, que se
embarcaron e,te año [de 1615?}en la Ar–
mada del Gouernador D.m luan de Silua a
Malaca, sobre lo qual estan guardadas en et
Archi uo [del Colegio de Ma11ila] d os Re–
la..:iones, vn'a del Padre lu an de Ribera,
y
otra del Padre Prouincial Valerio de Ledes–
ma . que se pó Jran aqui por ser de testigos
t a n calificados,
y
no -conuenir que queden
encerrados, y oluid adus en vn escritorio su–
cessos tan de marca mayor en estas l slas, que
no se hallara auer auido en el las otros seme–
jantes» (lib. 1v, cap. xxxm, pág. 801, nú–
mero 356), pasa luego á copiarlas y copia la
primera con el título de «Carta del P adre
luan de Ribera.•..», en las págs. 802-806,
núms. 358-368; y la segunda, que es ta de l
P. Ledesma, con el de
~Mission
a la Arma–
da», en las págs.
~06-8 1 0,
núms. 369-376,
manifestando bit:: n
á
las claras, nos parece,
en su modo de expresarse, qu e todavía esta–
ban inéditas ambas
Relaciones
el año de
1656
1
en que esto escribía.
Además, tampoco es verdad que el P. Co–
lín, al narrar estos sucesos, se refiriese á la
<'carta anual de los jesuitas de Filipinas
de 1617». Para lo que se refi ere á la «carta
an ua de 1617. firmada del Padre Prouincial
Valerio de Ledesma» (cap. xxv1, pág. 7r2,
núm. 269) , es para tomar de ella la not icia
de la vida
y
virtudes del P. Metchor de
Mora, que sigue á con ti o uación (págs. 7 12-3,
núm. 270).
Finalmente, mal pudiera escribir el P . Le–
desma, ni suponer el P. Culín que hubit::se
él escrito la
Relaáon
y
suceso de una arma–
da que
llevar~
á Mal aca el gobernador don
Juan de Silva por los años de 1617 6 1618,
cuando el mismo P. Ledesma da la noticia
en su
lfl!issi'on,
y el P. Culín la conserva en
s u
Labor Evangélica,
de que la muerte del
dicho Gobernador ocurrió en Malaca «a
diez y n ueue de
A
brit de
i
6 16» (cap. xxxm,
pág. 809, núm. 375),
Se ve que el Sr. Barrantes debió de leer
muy de prisa y sin bastante atención el
«li bro 4 º» , que tan vagamente cita, del
P. Co lín; pues, á haberlo leído con atención
y des_pacio, hubiera reparado que se habla–
ba en él con la debida extensión y holgura
de dos di ve rsas expediciones del mismo go–
bernador D. Juan de Silva.-La primera,
descrita en el cap. xvn, ó sea «Mi,sion al
puerto de Cabite; y a la Armada que saco
el Gouernador Don luan de Silua año de
mil y st::iscientos y dit::z contra los Hereges,
y Piratas de Olanda» (págs. 648-650, nú–
meros
I
58 169 ), fué curndo, r , cién llegado
á
las Islas Fi1ipinas, derrotó la armada holan–
desa rnn muerte de su capitán Francisco
Wite r, el mes de Abnl de ·16 10, <<a 24. vn
Sibado por la mañana para los Castella–
nos.... , y para los contrarios, que venian dtl
Maluco, y tralan la q uéta de la Ind ia Orié–
ta
1,
era ya 25. Domingo, dia de San Mar–
cos» (pág. 652, núm. 165).-La segunda ex–
pedición, que es la que se describe en el
cap. xxxm, ó sea «Aumentos de la Prouin–
cia, y su segunda Congregacion en el año de
mil y seiscientos y quinze, con algunos
C<l.–
sos particulares,
y
Rdacion del fin de las
embaxadas,
y
j umadas. Y de la vida del
. Gouernador Don Iuan de Silua» (págs. 795-
8 10, núms.
342-~76), . fué
cuando se t::mbar–
có, no precisamente el año de 161 5 (á los 3
I
de Diciembre), sino
á
9 de F ebrero de 1616,
y llegó á 25 del
mi~mo
mes
á
Malaca, donde
al poco tiempo falleció, habiendo consegui–
do que huyera el Holandés «a todo trapo,
por au iso secreto
q
tuuo de que le iban a
buscar» (pág. 809
1
núm. 37 5).
-
De lo dicho consta con t od a evidencia, se
nos figura, que ni confunde los tiempos y
sucesos el P . Colín, ni habla de más
R ela–
cion
del P. Ledesma que de la manuscr ita,
en que con el título de
1l11ss1'on a la A r mada
contaba lo ocurrido en la última expedi–
ción y cristiana muerte del gobt:rnador don