ARTE, VOCABULARIO, DOCTRI JA CRISTIANA
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ción de
i
608
e~
en 4.º El Conde de la Viñaza,
que describe con la prolijidad que acostum–
bra la edición de Lima de
1607,
da también
cabida en su libro, bajo el número
123
[pág.
70,
citando
á
Nicolás Antonio,
II
67
¡
Pinelo
II,
727;
Brunet IV,
547;
Ternaux–
Compans, núm.
305;
y Ludewig, pág.
210]
á esta de
1608,
que él cree reimpresión de
la del a·ño anterior, aunque le extraña, y
con razón, que en tan breve tiempo se hi–
ciesen dos ediciones de la obra. Pero no es
esto todo. Al mismo tiempo que los biblió–
grafos manifestaban la existencia de esas
ediciones de
1607
y
1
608,
González de Bar–
cia, en el último título que cita en sus es–
critores de Lenguas de América, y después
de haber mencionado ya
á
Valdivia, añadió
la noticia de que existía uri
Catecismo en
Lengua Allentziza
d e nuestro autor, impre–
so en
1602,
en
r2.
0 :
noticia que reprodujo
Ternaux-Compans bajo el número
256
de
su
Bibliotlzeque Américai'tze,
y que el Conde
de la Vifiaza hubo también de aceptar [en
la pág.
~6,
núm.
101
J,
aunque con la re·
serva de pr1:;guntarse si ser ía esta edición
alguna anterior á la de
1607,
que describe
en el lugar que le corresponde.»
·
«Resumiendo las dificultades que nacen
de estas referencias, se ve con claridad (pro–
sigue el Sr. Medina) que deben concretarse
á tres : Primera: ¿Ha existido la edición del
Catecismo en Lengua Allentz'ac
de
1602?
Segunda: ¿Existe la
Gramáti'crt . calecz's–
mo,
etc., en L eng uas Allentiac y Milcayac,
que en parte serían una reimpresiou, con
fecha de
1608?
Y tercera: ¿Llegó á publi–
carse la
Gramática, catecismo
y
vocabulario
milcayac?
Tales son las dudas que vamos á
tratar . de resolver, sin ocu ltársenos que
aventu rado por demás suele ser en biblio–
grafía afirm(l,r la no existencia de una obra
cualquiera,
y
que punto menos que imposi–
ble es probar un hecho negativo.
Desde luego debemo descartar de la
cuestión la.
Doctri'lza cll1·istiana y cathecis–
mo, conft•ssi,uario, arte
y
gramatica )' voca–
bulario b1·eue en L engua Al/e1ztiac
impresos
n Lima en
1607,
que e el li bro que nos–
otros reimprimimo
en 1894.... Otro ele–
mento que tambien ha de ervirnos para
resolver esas dificultades es el lugar en que
las obras de que tratamos han debido pu–
blicarse~
la ciudad de Lima, sin considerar
para nada el accidente del tamaño en que
vieran la luz públka ....
»Demos por sentado , como es la verdad,
que
Valdi~ia
hubiera regresado ya de Chile
á Lima en
1602
1
fecha que se asigna á la pu–
blicación del
Catecismo,-
pero si en ese en–
tonces hubiera dado á la estampa aquel
fragmento de su obra-fraccionamiento que
no cabía bien dentro del plan de su traba–
jo-habría cuidado de decirlo al tiempo de
imprimir aquella en
r607
¡
lo habría repe–
tido al referir sus tareas desp ués del regre–
so de su segundo viaje
á
Chile¡ y, por fin,·
constaría de la licencia que la Rea l Audien–
cia y el provincial P. Estéban Páez le otor–
garon en r9y21 de Febrero de
1607 ,
que
dicen simplemente para que ''imprima" las
D octrinas cristianas,
etc.-Todavía si esa
Doctrina cristiana
no se encontrara en su
obra publicada en
1607,
hubiera alguna apa–
riencia que diera razón á González de Bar–
cia; pero predsamente es el trabajo con que
aquélla prin cipia. -Acaso pueda explicarse
que González de Barcia señalara la existen–
cia de dos
Catecismos
por lo que Valdivia
escribía al Conde de Lemos en su carta de
4
de Enero de
1607... .,
que se habia ocupado
en Lima en impr imir un arte de la lengua
de aquel reino (Chile ) y
dos catecismos,
corno era la verdad ; y todavía pudo creer
que siendo uno de la leng ua de los indios
de Chile propiamente dichos, el otro se re–
feriría á la allentiac; pero, como consta del
mismo libro, ninguno de esos catecismos
tocaban
á
ese idioma ni mucho menos ha–
bían sido dados á luz en
1602,
sino cuatro
años más tarde.
>)Por lo que res pecta á la segunda duda,
esto es, si existe la edición de
1608,
sea
1<!–
que sea, gramática, catecismo ó vocabulario,
original ó como reimpresión , en Lenguas
a.Jlentiac ó. milcayac , creemos decididamen –
te que no.. .. Valdivi a partió de Lima con
dirección á España cuando aún no termi –
naba el año de
1607,
y llegó á Madrid me–
diado el siguien te de
1
íio8: mal podía, por
lo tanto en esta fecha publica rse una obra
suya en América, á no ser que se su ponga
que· algún compañero suyo corrigiera allí