276
LA ESTRELLA DE LIMA
considerariamos sin ningun valor. si en el
ejemplar de la Biblioteca Nacional de Lima,
que fué de los jesuitas, no la encontráramos
tambien, de la misma letra con que en la
página anterior dice:
De la B ibliot/1eca del
Co!lexio Mdximo de San Pablo de la Com–
paiiia de Jhs. de Lima,-
lo cual manifiesta
que fueron los jesuitas quienes escribieron
esas anotaciones.-El mérito de Ja obra y
la gran erudicion que en ella manifiesta su
autor, comprueban que éste fué
uno.delos
hombres de mas ilustracion de aquel tiem–
po, en cuyo número parece que no estuvo
el Capitan Echave, pues no hay noticia al–
guna que hubiera escrito nada ántes ni des–
pues de
L a Estrella de Lima ;
y ni aún
siquiera aparece alguna vez como censor en
la multitud de obras que se publicaron en
su época: lo que evidentemente no sucede–
ría si hubiese tenido Ja ilustracion que se
deja ver en el autor de
La Estrella.-Gene–
ralmente se dice que Echave escribió ade–
mas de
La Estrella
citada un
Compendio
histórico de la Santa iglesia metropolitana
de .{-ima¡
error en que han incurrido los
bibliógrafos por que, indudablemente, no
han conocido esa obra, en cuyo título dice:
Descripcio1t sacro.política de las grandezas
de la ci11dad de Lima
y
compendio lzistórico
eclesiástico de stt Santa iglesia metropoh'–
ta11a.
Han hecho los bibliógrafos dos obras
de una sola, y ésto es tan cierto que nin–
guno seliala fecha de impresion á la segun-·
da.-Aún hay otra prueba mas convincente
que las anteriores, y es el e!tilo perfecta–
mente igual que se vé en
La Estrella de
Lima
y
en la
Vida del
P.
Castillo;
y
no
solo existe esa semejanza sino que en las
dos, al hacer un elogio de Lima, se encuen–
tran iguales pensamientos expresados de la
misma manera¡ y como la vida de Castillo
se publicó cinco alias despues que la
Es–
trella
aparecería Bnendia como plagiario
de Echave si él no hubiera escrito las dos
obras¡ lo que no puede suponerse en un
hombre de su ilustracion
y
mérito litera–
rio....
»
(págs. 130-31).
Copia aquí algunos párrafos de una
y
otra obra, para muestra de la semejanza de
estilo é igualdad de expresión que en ellas
se nota,
y
termina así sus observaciones:
« Despues de haber leido lo anterior no creo
que quedará duda alguna de que Buendia
y
no Echave es el autor de
L a Estrella de
Lima»
(pág. 134).
De hecho:
<f
M. Saldamando me semble
avoir démontré que cet ouvrage est du
P. de Buendia », anota·aquí Sommervogel
(u, 338)¡ bien al contrario, por cierto, de
~edina,
según el cual, «Torres Saldamando
ha tratado de probar que el verdadero autor
de
La Estrella de Liiria
fué el jesuíta José
de Buendía; pero, á nuestro juicio, sin lo–
grarlo»
(Bibliot. Hisp. -Amer.,
m, 350,
núm. 1813).
En realidad
~e
verdad , tampoco á nos–
otros nos parece tan valedero como
á
Torres
Saldamando el argumento de la semejanza
que no\ quiere vender por convincente y
decisivo. Más de un achaque pudiera po–
nerse también á lo que nos cuenta de la
poca nombradía
y
escasa habilidad de Echave
para escritor de una obra como
La Estrella.
Pero, en cambio, las anotaciones puestas de
mano en los ejemplares del Sr. Odriozola
y
la acional de Lima, las juzgamos de tal
naturaleza que, si no hemos de condenar en
absoluto uno de los medios de averiguación
más admitidos 'Para dar con los legítimos
autores de obras anónimas
y
seudónimas,
bien puede, en nuestro sentir, fiarse de ellas
aun el bibliógrafo más timorato sin la me–
nor perplejidad ni escrúpulo de conciencia.
i nos hace gran fuerza en contrario la si–
guiente frase del mismo P. Buendía en la
Vida Admirable
que imprimió del P. Fran–
cisco del Castillo: «D. Francisco de Cha
ve
y
Ássu, Cavallero del Orden de Santiago, en
su libro de
á
folio, que intitula
Estrella de
L ima convertida
m
Sol,
en varias ocasiones
llama al Siervo de Dios [P. Castillo], Apos–
to! de Lima.... » (pág. 664).- Puesto el
P. Buendía á recoger las alabanzas que se
tributaban á su héroe, mal podía citar, si
para algo le había de valer, el «libro de
a
folio», como no fuera con el nombre que
llevaba al frente. Eso aun dado que le cons–
tara que el bueno del Sr. Echa
ve
no había
de llevar á mal que tan fuera de propósito
le despojase de su tal cual gloria de escritor
para sacarle así desnudo á la vergüenza pú–
blica en ocasión taq intempestiva.