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manita 1naftapibicliio n-ish–
pa: Aa, Dioslla, paiownatct
ohai }cttwn nanwicwnamanta
qitishpichipai, Ca1nhit011i }a–
iiao pachapi chasqui71aitac
!
Shinami ywpaichaihuan ni–
nanla resashpa , CU11Japayai
ruranacimata rurangwiohio
1.
Pero de ningún modo
Yiupaichashca cangapac
hagaís las obras de miseri-
cuyapaya'i ruraniaounata a–
cordia á fin de que eáis
matao ruraiohicchu; yallin–
alabados; sino por amor
<Í
rae Diosraicu, rima ma i
Dio , porque el prójimo es
Diospac WJianchaniman ric–
criado según la imagen y
chavnvmanpish
rurashca
semejanza de Dio . Y aun
rashoara·icit paila ycvnwpai–
más. Jesucristo clice: "Tú
chiclao. Ashwnrac, Jesu–
cuaudo da comida
6
cena,
cristo nin: ".lJfic-uilct oush–
no convides
á
tus amigos,
11aca, ama cambac masici1r
ni
á
tus hermanos, ni ;\ los
nalct, hiiauquicunata, ailli1r
parientes
6
vecinos ricos;
cwnata, capao llactamasici1r
no sea que también ellos
nata miwi niichit, chail/a–
te conviden
á
ti, y te irva
pi h paicwna canita cutin
á
la vida contemplativa, principalmente la monjas
y
personas
devotas que viven como religiosas en el mundo, son inútiles
para la sociedad
y
el Estado. Admitir e te error e lo mi mo
que no creer más en la comunión de los Santos. Pero
quien cree todavía en este artículo del Símbolo apostólico,
comprende fácilmente que las personas entregada1!
á la
''ida
contemplativa atraen con sus oraciones el auxilio
y
bendi–
ciones de Dios también sobre la sociedad civil
y
política.