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beneficios, agradecido, á tus
amorosos padres que te
lían
hecho
un
gran bien edu–
cándote; y cuando eÍlos ya
hayan muerto, pedirás por
ellos á Dios. - Respetarás
y obedecerás á los superio–
res y autoridades. Pues
Jesucristo dice: "Dad
al
César lo que es del César,
y á Dios lo que es de
:pios."
1
ta, rucucwnata, pwyaczunata
yupawh111ngui, paiüztna 1111·i
canrnanta shwnguyuc cash–
caraicu. Ouyac yaya ma–
rna canta huiñachishpa an,..
cha a/lita ca11111nan rurarca–
cuna, caita yu11aichac shwn–
gztyiw paicwnata allwhishpa
outichimgui. Hu1111iuslwa·cao–
pwa paicztn1111nanta Diosta
mañacungui.
-
Ñawpaoou–
nata, a7nw1unata yupaich1111i–
gui, ity11!n!Jui.
.Apwnchic
Jesucristo ari nin: ".Apu–
man .Apupacta Diosm1111¡,..
pish Diospaota cuichw."
L
1
Matth. 22, 21. Según el contexto manda Nuesti·o Señor
directamente que se pague el tributo
á
la autoridad civil,
é
iud.irecta.mente que se la respete
y
obedezca; asimismo que
se pague la contribución impuesta para los gastos del culto
en el Templo
y
que se tribute
á
Dios adoración exterior
é
interior. E l " reddi t e", pues, de la Vulgata
y
el
lmócJ'oTs
del
texto original no significan simplemente dad, sino resti–
tuid, retri huid; en efecto, encarga aquí uestro Senor la
justicia conmutativa, pues la autoridad mantiene el orden en
la sociedad, sin el cual ésta no )Jodría existir,
y
así es justo
que la autoridad sea mantenida por medio de los impuestos.
Y si de Dios hemos recibido todo lo que somos
y
tenemos,
¿no es justo que le volvamos una partecita de lo que Él nos
ha dado, contribuyendo, por ejemplo, para el culto divino etc.?