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á
'pes;u de que la Iglesia quiere que en éstas toda la,
devoción se concentre al Sántísimo Sacramento; en efecto,
las Letanías Lauretanas se refieren en tal ca o directa–
mente á Éste, es decir,
á
la humanidad gloriosa de
Jesucristo presente bajo la especie de pan. Por lo
mismo no vemos inconveniente en que se recen las
Letanías Lauretanas como acción de gracias después
de la sagrada Comunión, habiendo precedido los actos
ordinarios de caridad y ofrecimiento, ó en que se can–
ten en comuniones generales ele los indios después de
las otras oraciones de acción de gracias.
En fin, María es Salus iufirmorum; por esto te–
comendamos
el
rezo de las Letanías Lauretanas junto
al lecho de los enfermos y moribundos.
El fundamento. de la sociedad civil y de la eclesiás–
tica,
á
saber, del Estado
y
de la Iglesia, es la familia.
Para sanar la sociedad debemos, pues,
santificar la
familia;
lo cual se hace de dos modos: 1? restituyendo
al matrimonio su santidad de sacramento ; 2? procu–
rando que la familia imite
á
la sagrada Familia ele
Jesús, María
y
José. Del matrimonio diremos algo más,
cuando hablaremos de la administración ele los sacra–
mentos. Ahora, una palabrita sobre la devoción
á
la sagrada Familia.
La sagrada Familia es el patrón
y guía de toda familia cristiana, y ésta debe invocar
á
su patrón.y seguir
á
su guía, en cuanto le sea posible.
Los hijos deben, pues, imitar al Niño Jesús en su
obediencia; las madres,
á
María en sus ocupaciones