ESTUDIOS INDIGENAS.
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los Andes de Venezuela y hasta la zona de los Llanos
regadas por las aguas del Meta y otros tribut.arios
del grande Orinoco. Por otra parte, los Paez que h a–
bitaron la cordillera central de la nueva Colombia, y
Ios Goagiros, duei'ios de Ia peninsula de este uombre,
al Oeste de Maracaibo, conocieron igualmente el uso
de la silaba
gita,
aunque en una acepciou diferente d e
la que tiene entre los Quechuas, los Gnaranies y los
l\fuyscas:
Pedro Martyr de Angliera fne el primero de
101::1
cronistas que llam6 la atencion del mundo europeo
sobre el frecuente uso de la :i!ilaba
gua,,
ya como a r–
ticulo, ya como particufa de adorno en la lengua hai–
tina, en la cual abundan los nombre.s que la llevan.
Desde la Espanola
y
Cuba los castellauos establecie ·
ron una corriente de emigracion de. vocablos indigena ,
a
proporcion que continuaron la conquista de Nort e
a,
Sur. Aquella di6 por resultado la generalizacion d e
los vocablos antillanos en todo el continente; ·y
gTa–
cias a esta emigracion, se conocen hoi voces haiti –
nas
y
cubanas en paises tan distantes de las Antillas
como son Ecuador, Peru, Chile y regiones del Plata.
De inanera que la corriente establecida por los puebl os -
indigenas, de Sur a ::N"orte durante una epoca mui
remota, a11tes de la conquista castellana, fue segni(\a,
de un movimiento contrario de Norte
a
Sur, estableci–
do por los invasores. Asi es como nombres baitinos,
tales co1no
Giuisabcira,, Giiaycibo, Giuinabanci, Igitana,
Giuiycwwn,
etc., etc., tienen la misma acepcion en casi
todos los pueblos de la America latina. El inflnjo
castellano tuvo que ser absorbente; y como
a
propor –
cion que el conquistador invadia, fundaba pueblos y
desaparecian las naciones
conquist~tdas,
hubo de pre–
valecer la importacion espaiiola, de frases , modismos
y -vocablos de las Antillas y aun de Mejico y pue–
blos de la America central. Las mismas t.ribns so -