D. FREY FRANCISCO GIL.
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-cuantiosas remesas,
y
en efecto, se le hicieron por
má _de cuatro millones de pesos; los gastos se acre·
centaban de una manera · nconsiderada,.y especial–
mente, cuando se temian invasiones de enemigos.
se hacian dispendiosos preparativos de defensa, se
levantaban poco disciplinadas tropas, se disipaban
los caudales en fortificaciones poco seguras,
y
se
reunian á todo. costo
apresto~.
que unos pocos años
de paz di ipaban
ó
inutilizaban por completo. Gas–
tando siempre más de lo que importaban las rentas,
contrayendo nuevas deudas sin satisfacer las anti–
guas,
y.
no obteniendo nunca el producto líquido,
que debian dar bien administrados los ingresos, el
Estado marchaba fatalmente
á
· la bancarota, en la
que por falta de economía se precipitaban tambien
la mayor parte de las familias.
La fortuna pública
y
la privada corrian tanto
mayores riesgos, cuanto
que.dedia en dia eran más
inminentes los incalculables estragos de la guerra.
Nada babia que temer
~e
los salvajes dispersos en
la inmensidad de las selvas, sin buenas armas é in–
capaces de concertar ataques regulares. Los indios
civill.zados estaban harto escarmentados en la re–
ciente contienda, para que· venciendo su natural
timidez , osáran levantarse en nombre de una res–
tauracion imposible. Mas las otras razas pudieran
.arrastrarlos á incontenibles alzamientos, inoculán–
doles nuevos sentimientos. La propaganda revolu–
cionaria todavía estaba léjos ,; pero su accion babia
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