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D. AGUSTlN
JÁUREGUI~
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.to administrativo, fué atendida con especial solici–
tud. El Rey pudo complacerse con que de esta acre-
. centada renta se le enviáran, en tiempos tan apu- '
·rados, 350.000 pesos. Las emporalidades ofrecieron
·tambien
á
la Hacienda extraordinarios recursos, ha–
biéndose elevado las entradas de este ramo á 831.441
pesos. Sin perjuicio de hacer
á
la córte una cuan .....
.tiosa remesa, pudieron rescatarse con dichas entra-
- das algunos censos , que gravaban las fincas,
y
se
impusieron los sobrantes
á
réditos sobre las cajas.
reales
y
el estanco de tabacos.
·
Sin embargo, el enorme desfalco en los ingresos
y
los ingentes gastos, que trajo consigo la guerra,
tuvieron al erarid en continuos apuros
y
la deuda
p;úblicasubi6 á más de diez millones de pe_sos. Cuan–
do las rentas empezaban
?.
desahogarse con el res- .
tablecimiento de la paz,
y
cuando pudiera entre–
garse el Virey á la realizacion de sus miras benéfi–
cas, fué reemplazado por D. Teodoro Crpix,
á
quien
el cielo reservaba inaugurar una era de apacibles
reformas. Un repentino insulto arrebat.6 en solos dos
días los de D. Agustín J áuregui,
y
la relacion de
su gobierno fué concluida por D. Tomas Jáu'regui ,
que fué su heredero
y
ejecutor testamentario.