REVOLUCION DE TUPAC AMARU.
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incontenible alboroto. El temor no parecia muy
fund do, porqu la plebe, aunqu adicta en l fondo
de u corazon al generoso libertador, e taba inti–
midad·1 con el reciente escarmiento de lo sublevados
en el inmediato pueblo de Chita
y
de lo· que ha ian
bajado
á
Urubamba · la censura del Obispo habían
impre ionado tanto·
1
devota muchedumbre. que,
no obstante u avi ez de pre · ...
no o aba tomar
lo de::;pojos de lo"'
comulgado . Era ad mas muy
1
acti a la vigilancia' y estaban muy bien tómadas
las precauciones para que en el recinto de la ciudad
pudiera intentarse al un tumulto con buen éxito.
Más de tres mil miliciano , ya n regular e tado de
disciplina, imponian
á
la de armada plebe ,
y
el
1.•
·de Enero de
1781
llegó de Lima el coronel D. Ga–
briel Aviles con do cientos mulatos, uatrocientos
nueve fusiles, quinient e padas, doce mil car–
tuchos y la alentador· promesa de que
1
Vírey
estaba apurando lo preparativ de una xpedicion
en toda regla.
Entre tanto, Tupac Amaru "e iba
r · ndo con
la lentitud indispensable para h . r marchar con
cierto órden su poco disciplinada
y
mal armada
hue te, que pasaba de cuarenta mil hombres. Una
sorpresa, que sufr'ió su vanguardia en ailla, donde
dejó sobre cuatrociento muertos, aunque no fné
vivamente per eguida, le obligó
á
llevar su gente
por la alturas. A
la
vista de la ciudad envió par–
lamentarios al Prelado y
á
ambos cabildos, repi-
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