REVOLUCION DE TUPAC AMARU.
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Las molestias de la altura, donde no se estaba
á
cubierto de peligrosos ·ataques, eran insoportables
á.
la tropa de Lima, que apénas podia manejar las
armas, durante el frio nocturno de las punas; su
penosa sitqacion se explica bien por el siguiente
dicho, que se pone en boca de los mulatos al ser
atacados de madrugada por los indios : <Dejad que
salga el sol
y
entónces pelearémos.)) Para mejorar
el estado de su gent e bajó Valle de Pucacusa , y
continuando sin novedad su marcha por regiones
más templadas, llegó
á
la3 cercanías de Combapata.
'
Tupq.c Amaru, que ocupaba algunas eminencias,
fué desalojado de ellas por la ágil hueste de Puma- .
cahua,
y
hubo de. presentar batalla en la llanura;
mas la primera descarga de la artillería enemiga
. ,desbandó por entero su tropa'
y
él mwmo huy0 des–
pavorido á Tinta, habiendo estado cerca de aho–
garse en el rio por no haber dado con el vado.
El insensato afan de salvar parte de sus caudales
hi.zoperder á Tupac
Ama~u
un tiempo irreparable ,
cargando sus mulas en Tinta
y
huyenqo al paso
lento de las pesadas, cuanto preciosas cargas. En el
pueblo de Langui le detuvo con pérfidas promesas
su coronel Landaeta, miéntras alistaba gente para
prenderle. Conociendo tarde la perfidia, quiso sa–
lir
á
la calle ; pero el traidor le dij o con descaro :
«¿Cómo quieres salvar tu cuerpo despues de haber
perdido
á
tantos? » Dos mujeres, indignadas por
haber quedado en la guerra, la una sin marido
y