REVOLUCION DE TUPAC AMARU.
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pro:pia. No se hicieron mayores aprestos por entón- '
ces, porque el pié en que· se hallaba el ejército del
Cuzco, prometía triunfos,
tan
fáciles como rápidos,
contra la revolucion desorganizada.
.
VaÍle, que se lisonjeaba llevar sus armas vence–
doras hasta los confines del vireinato de Buenos–
Aires, hizo una campaña, tan estéril de
laureles~
~omo
fecunda en sufrimientos. Faltaban las provi–
siones, porque los pueblos estaban desiertos
y
las
haciendas sin cosechas
y
sin · ganados. No se pre–
sentaban grandes fuerzas que combatir; pero los
fugitivos hacían una obstinada resistencia en las
escabrosidades
y
desfiladeros, luchando con un ar-·
rojo
y
constancia de que ántes no se les creía capa–
ces. En vano, para dominarlos por el terror, se les
perseguía cruelmente
y
se quintó para la muerte el
pueblo de Sa_nta Rosa, que era tle los más
entu~ias
tas en el levantamiento. El desesperado valor de los
perseguidos se exaltaba con semejantes rigores.
Desde la fortísima posicion de Condorcuyo causaron
gran estrago
á
sus perseguidores, y de. preciando el
•
perdon ofrecido, no emprendieron la fu ga hasta que
dejaron aquel cerro sembrado de cadáveres. Uno de
ellos, que tenía el pecho atravesado de una lanza,
Ja arrancó con sus propias manos y siguió con ella
á
su enemigo, miéntras le duró el aliento. En otro
1ugar escarpado desafiaron unos pocos
á
todo el
ejército; cuando les fué imposible resistir, no qui–
sieron salvar su vida por la clemencia del vence-