REVOLUCION DE TUPAC AMARU.
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de Chucuito fué entrado
á
sangre
y
fuego, no per.....
donando el vencedor ni á los eclesiás ticos, ni
á
m11-
j
eres más
ó
ménos blancas, ni áun
á
las indias, que
usaban el traje de las españolas. Al amparo de los
fortines y trincheras, que
hab~a
hecho levantar, re–
chazó muchas veces
á
fuerzas muy superiores, y en
C:lguna ocasion hizo retroceder
á
los que ya eran
dueño de la calles. Su situacion era ya muy apu–
rada; le faltaban los recursos, su ¡::;ente estaba muy
fatigada, auxilios no podia recibirlos ni de la Paz,
que atravesaba iguales ríe gos, ni de Arequipa, cu–
yo corregidor no los suministraba por haber prohi–
bido el Visitador pagar las milicias acuarteladas en
lugares tra,nquilos. Mas al aproximarse Valle, se re–
tiraron primero los que le asediaban por la parte del
Norte, y
á
poco los que completaban el cerco por
el lado del Sur. Apénas libres de sus peligros ex–
tremos, tuvieron los puneños el disgusto de que en
junta de guerra se decidiera el abandono de la he–
róica poblacion. El Inspector, cuy hueste se ha–
llaba reducida
á
poco más de mil hombres, sólo les
ofrecia cien fusiles, algunos cañones y dos artille–
ros; auxilios que no p0dian suplir al cansancio de
sus defensores
y
á
la falta -de víveres. Por lo tanto,
el ejército emprendió su peno a retirada al Cuzco,
llevando consigo unos cinco mil vecinos, que mar–
chaban
á
pié, mal alimentados, ·Con el desconsuelo
de haber desamparado sus bienes
y
el riesgo de ser
sacrificados, como sucedió á algunos infelices, que