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REVOLUCION DE
TUPAC
AM.A.RU.
naza
y
al mal manejo de sus mestizos, de los cuales:
castigó algunos severamente,
Las hostilidades continuaban en las provincias:
con alternados reveses
y
continuos horrores. El es–
forzado Tomas Parvina obtuvo señaladas ventajas
en Chunvivilcas; pero no pudo contrarestar en Co–
tabambas
á
la devota indiada, sostenida
y
capi–
taneada por algunos cur·as. En Paruro, donde se
proponian escarmentar
á
los auxiliares del
Cuzco~
fueron tambien rechazados los rebeldes de la ca–
pital de la provincia; asolaron al pueblo de Pil–
pinto, que habian defendido heroicamente las mu–
jeres,
y
extendier<!m sus estragos
á
otro:::; muchos
vecindarios
y
haciendas, sin que las poblaciones
a:dictas
á
su causa fueran mejor
tratad~s
por las.
fuerzas leales. En la prodncia de Calca parte de
éstas di6 en· una emboscada,
y
los que las habian
derrotado, llevaron su ·furor hasta repartirse el co–
razon
y
beber la sangre de un. caballero, diciendo:
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que habia sido de muy buen sabor la de los espa–
ñoles.» Al día siguiénte cayó- sobre aquellas fieras
el terrible Pumacahua,
y
como de costumbre, los
trató sin misericordia.. Paucartambo era el teatro de
la más san
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rienta lucha. Invadido por Diego Cris–
tóbal, hermano de José Gabriel, resistió diezioch<>
ataques vigorosos ; pero sus vecinos sufrieron gra–
vísimas pérdidas. No obstante su feliz defensa. el
Cuzco padecia mucho, ya porque las mayores.
hac~endas
devastadas pertenecian á su vecindario.