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LA
~lJ:QIENOIA. ~
por su cuenta ·el bajel del Rey. En las raciones de
tropa se consiguió una :reduc?ion de más de dos ter–
cios, pagándolas en plata
á
razon de 7
•¡,
pesos por
plaza·al mes,
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aproximadamente unos 24.000 pe–
sos de gasto total al año, cuando en los años ante–
riores el costo mensual de cada soldado en víveres
mont'aba, por várias causas, unos 25 pesos,
y
el
total del año era de unos 162.610. La guarnicion
del Callao debia reducirseá 250 hombres,
y
la guar–
dia de palacio
á
32 infantes y 50 caballos. A la re–
faccion de las murallas del Callao,. muy maltrata–
das desde la construccion del muelle de piedra, se
procuró atender con un ventajoso remate. Las obras
precisas en los paJacios de Lima
y
del Ca:llao se
hicieron con alguna economía, la que se obtuvo de
mayor consideracion en la Ú1dispensable carena de
lá. armada. Por razou de sueldos y censos sólo se die–
ron buenas cuentas. Para continuar las labores de
Huancavelica se enviaron 240.000 pesps, dejando
sin satisfacer los créditos de los
mine~os,
obligán–
doles á entregar un quintal de azogue por cada
20 pesos,
y
reteniendo 38 de su importe líquido á .
c.uenia de más de 800.000, que debía el gremio. Con
instrucciones apremiantes
á
los oficiales reales de
Potosí, se cobraron deudas de cierta cuantía. De esa
manera pudo reunir el Tesoro, al fin de este período,
más de un millon de pesos, que el Rey aguardaba
con impaciencia, estando ya detenidos, muchos
meses, los galeones en Cartagena de Indias.