![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0039.jpg)
-11-
de esperar, y si él no le tomara primero, no pudiera de–
jar de perderse.
Luego, otro día, salió Gonzalo Pizarro a hacer guar.
da hacia la provincia del Collao, adondé fué acometido
de tanta gente, que cercándole· por todas partes, le pu–
siei
0n
en mucho estrecho; siendo Hernando Piza
no
de–
llo avisado, salió a socorelle, y Juan Pizarro con él, con
alguna gente de caballo que lo siguió. Los indios los es–
peraron en el llano, donde fué cosa muy de ver la esca–
ramuza que anduvo, porque Hernanclo Pizarro rompió
por uno dellos que era de los que peleaban con hondas
y lanzas, y Juan Pizarro dió en el otro que era de fle-l
cheros, adonde le mataron el caballo, y se vió en mucho
peligro, y murieron otros dos o tres caballos. Viendo Gon–
zalo Pizarro el
bu.ensocorro, dió tanta priesa a los enemi–
gos, que, volviendo las espaldas, e pusieron en huída. Del
escuadrón de Hernando Pizarro murió un e pañol que se
desmandó, de los indios murieron muchos. Otro día salie–
ron Juan y Gonzalo Pizarro· a de baratar un escuadrón de
gente ·que se mostró en un cerro a la parte de Chincha–
suyo; como se llegaron cerca los e pañoles, los indios co–
menzaron a huir, hasta metelles en una celada de veinte
mil indios, lo cuales alieron a ellos con tan gran ímpe–
tu y denuedo, que los pusieron en demasiada necesidad,
porque la tierra es tan áspera, que los caballos no po–
dían hacer cosa ninguna; a cuya causa, por mucho que
Juan Pizarro y G.onzalo Pizarro hicieron, no pudieron
tanto que, a mal de su grado, con la mayor orden que
pudieron, no viniesen a espaldas vueltas retirándose a la
ciudad. Los indios los venían siguiendo dándoles tanta
priesa, que por el buen ánimo y orden
de~ los
españoles
caudillos, no se perdieron.