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Aimq1¿e los espaiíoles lograron atrq,vesar' los tres cer–

cos de la fortaleza, la dominación a.e los torreones dd

centro, no era posible sin iin ataqi¿e ni,J,s ·recio

el em–

pleo a.e escalas. H e.rnando hizo ceJSar el •ataqi¿e, a la en–

tradJa de la noche, y aprovechó la tregi¿a para construír

las

~calas

y amnentar la giwrnición. Renovado el cwri–

bate al día signiente, con el a1¿xilio de i¿n nuevo contVn-

gente' de tropa·,

qiu~

pudo distraerse de los otros foga1·es

amagados, g1·acias •a qi¿e la rnayor activid·ad giierrera se

había cirwnscrito al ataqi¿e y deifensa de la fortaleza,

la pérdida de los ·indios pudo darse ya como segura. El

Víllac-Vmy1.¿,

qirn comandaba las tropas que defendían

Sacsayhiwnián, cuando se dió ci¿enta del ernpi¿je ele los

castellanos, y el pe·ligro qi¿e corrían sus defefnsores, es–

capó con im grupo de nobles, y fué a ?'efi¿giarse al cami–

pamento del I nca, distante tres legiws de _la cii¿dad.

La hi¿ída del Víllac-Vrrvi¿, segimdo jef e ·de los ejérci–

tos inclios, desalentó a éstos, qi¿e comenzaron a cede?·, re–

plegábidose hacia el castillo cervtral ele la fortaleza, don–

a.e se hallaba su arstc:rnal de guerra. El asalto a este to·–

rreón, constifaye el episodio· más heroico de la resisten–

cia peri¿ana, en este farnoso cerco al Cusco.

La valentía arrojo ·

sacrificio de s11s defensores, fiie–

ron celebrc¿clos por los mismos españoles, y citados 'l!iás,

tarcle por lo cronistas e hi,storiadm'ies corno el rrnás her–

moso ejemplo ele patriótico celo

c1miplirniento del ju–

rado voto. El escritor anónimo, t esi'igo presencial, qi¿e,

peleaba animoso en este asaito, el scribe el hecho· con tal

li¿.io ele detalles, qne se

~mpone

transcribir -su relato emo–

cional :

"En la fo rtaleza,-dlice,-qi(J,c/ClÓ

capitán rniiiy es–

timad.o entre ellos, qi¿e era imo de lo que bebí ron por

los vasos qiie lie dicho, y con él estaban los dernás qite