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Ofreciendo hacer transportar a lá ciiidad imiperial
los tesoros de Huayna Cápac, fué que logró Manco
ll
sa–
lir de la capital hacia Yucay, donde, según también
aseguraoa, se preparaban los indiois a Geleb1·ar las exe–
qiúas en el aniversario de la ?Jiiterte de su padre. Más,
no pasaron rrvuchos días sin qite
·
zzegara la noticia del le–
vantamiento
y·
la concentración en
Lar.esde fuerzas in–
dias q·ne capitaneaba el propio I nca, resuelto a batir a
los españoles. Creyó fácil H ernando la rediwción de
Manco
y
el vencúniento ele los revoltosos,
y
partió hacia
el campamento de Lares con
wi
fiterte clestacamiento; pe–
ro, informado. del número y ·posición del ewemigo, ni si–
qitiera intentó el choqite, po'rqité cercioróse entonoes de
qite la alzacla era general,
y
qi1e, en sólo el citartel del
Inca, se hallaban más ele veinte mil hombres de guerra.
Volvió ráp·ida.mente al Citsco, a reforzat· la ciudad,
y
pre–
pararse a la defensa del más serio ataque de los p-erua–
nos. Y así era, en efecto. Batiendd a los peqneños desta–
camentos españoles de las a/iteras, las avanzadas india–
das obligáronws a 1·econcentrarse en el recinto itrbano,
y,
li-nÍpios de tropas de crist'ianos los sitios llanos
y
las
laderas ele los contornos del pneblo, dedicáronse los in–
dios a levantar para.petos para combatir con segitridad
y
venta.ja, cavm· fosos y haoer hitecos qiie impidveran el
paso de los caballos.
Y, al clarear el sábado
6
ele Mayo del año del S eñor
de
1535.
"día de San
Jitan
ante Port(Jfm, Latinam,"-co–
mo reza la relación del cronista anónimo,-amianec1'.ó to–
mada la fortaleza
y
rodeados los oerros, ladems y con–
tornos de la ciudad por
im
f01·midable ejército de in–
dios. A doscientos mil ho1nibres hacían ascender las fiterzas
alzadas los cronistas de la época; el temor de tan ines–
perada
y
vigorosa resistencia,
y
en niucho la vanagloria