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saluacion de sus animas. Tambien les dio noticia
de quien era el Padre Sancto, y de los Reyes de
Castilla, y de la gran potencia y valor de entram–
bos, de lo qual los yndios se marauillaron mucho
teniendo creydo que no auia otro señor tan gran–
de como era Montezuma, y desta manera los apa–
cigo a todos lo mejor que pudo. El gran Monte–
zuma estaua en este tiempo en són de preso, con
grandissima guarda de españoles y de los yndios
de Cuba, Cempuala y de Taxcala, y con todo esto
le seruian como solian hazer de antes que no les
vedauan las puertas. Hecho esto mando
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al–
gunos días quemar publicamente a Gualpopoca,
señor
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Autlan, porque hizo matar al capitan
Pedro de Hircio con los nueue españoles que
auian y-do a las minas del oro de aquella tierra,
por maridado de Cortes y con saluo cond.uto de
Montezuma. Tambien hizo quemar al hijo de Gual–
popoca y a quinze yndios principales que truxe–
ron presos con el cazique, que fueron participan–
tes _en la muerte de los xpian·os, que íue este vn
otro gran atreuimiento de Cortes, estando en tierra
de enemigos y cercado.dellos. Viendo estas cosas
Cacam.atzin , sobrino de Montezuma, no las pudo
sufrir, por Jo qual conuoco luego mucha gente y
se pusso en armas descubiertamente p.ara matar a
todos los xpianos y a sus amigos y conffederados,
y sabido esto por Cortes, apercibio toda su gente
para castigar la ossadia y atreuimiento de Ca–
camatzin. Montezuma dixo a Cortes que se estu- ·